Si bien la
leche fluida es altamente digestible y aporta nutrientes esenciales, también
conlleva riesgo sanitario, costos elevados y dificultades de manejo.
En la crianza artificial, la elección entre leche fluida y sustitutos
lácteos ha generado un debate en las últimas décadas. Si bien la leche fluida
es altamente digestible y aporta nutrientes esenciales, también conlleva riesgo
sanitario, costos elevados y dificultades de manejo. Por otro lado, gracias al
desarrollo tecnológico los sustitutos lácteos se han convertido en una
alternativa nutricional eficiente que mejora el retorno de inversión, evita la
transmisión de enfermedades y le da mayor previsibilidad al crecimiento y la
conversión alimenticia.
¿Cuál es, entonces, la estrategia más recomendable para mejorar la
eficiencia productiva sin aumentar los costos? ¿Es posible lograr una crianza
sustentable que asegure un mejor desarrollo para las terneras a futuro, tanto
en términos de bienestar y salud como de productividad?
Importancia de la alimentación en la crianza
artificial
Durante las primeras semanas de vida, los terneros dependen de una
fuente de alimento líquido para cubrir sus requerimientos nutricionales y
sostener una adecuada tasa de crecimiento, por lo tanto el período de crianza
artificial es una fase crítica en la producción lechera. Tradicionalmente, la
leche fluida ha sido la opción predominante. Sin embargo, la formulación de
sustitutos lácteos con ingredientes de alta digestibilidad ha permitido reducir
costos, mejorar la eficiencia productiva y optimizar el control sanitario en
los últimos 20 años.
Sustitutos lácteos: una estrategia nutricional
optimizada
En las últimas dos décadas, los avances en formulación y tecnología han
permitido mejorar la calidad de los sustitutos lácteos, optimizando su
digestibilidad y perfil nutricional. A diferencia de las primeras
formulaciones, que contenían leche en polvo, suero lácteo y proteínas de origen
vegetal, los nuevos lactoreemplazantes contienen ingredientes de alta calidad
que permiten alcanzar tasas de crecimiento similares a las que se logran con
leche fluida, con mejor control sanitario, mayor estabilidad y mejor retorno de
inversión.
Actualmente, muchos establecimientos de crianza artificial han
incorporado sustitutos lácteos como base de alimentación, ya que permiten
optimizar la digestibilidad proteica (gracias al mayor uso de proteínas de
suero de alta calidad y reducción de proteínas vegetales en productos
destinados a terneros jóvenes), mejorar el equilibrio nutricional (gracias a la
Incorporación de aminoácidos esenciales y proteínas plasmáticas), mejor control
sanitario (gracias a los estrictos controles microbiológicos que minimizan el
riesgo de transmisión de enfermedades).
LECHE FLUIDA: LO BUENO Y LO COMPLICADO
No hay duda de que la leche fluida es altamente digestible y rica en
nutrientes, favoreciendo el crecimiento de los terneros durante su fase
pre-rumiante. No obstante, su uso en sistemas comerciales presenta graves
inconvenientes como el costo elevado ya que la leche entera que se destina a
los terneros podría venderse. La variabilidad nutricional porque la calidad de
la leche depende de la alimentación y salud de la vaca, y de la proporción de
leche de descarte utilizada en el sistema. El riesgo sanitario, que puede ser
vehículo de patógenos si no se pasteuriza, es decir que las enfermedades de la
vaca se pueden transmitir al ternero.
SUSTITUTOS LÁCTEOS: DE PLAN B A ESTRATEGIA
OPTIMIZADA
Hace 20 años, los sustitutos lácteos comenzaron a implementarse con
mayor frecuencia en sistemas de crianza artificial. En aquel entonces eran
vistos como una opción económica, pero con limitaciones en digestibilidad y
estabilidad nutricional. Inicialmente, estaban formulados con leche en polvo y
suero lácteo, y algunos incluían proteínas de origen vegetal como harina de
soja y gluten de trigo.
Actualmente, gracias a avances tecnológicos, han mejorado su
composición, logrando proteínas de alta digestibilidad con suero lácteo y
aminoácidos esenciales, mejor estabilidad en la formulación y menor
variabilidad, menor riesgo de enfermedades gracias a procesos controlados y
crecimiento comparable al de la leche fluida en sistemas bien manejados.
¿QUÉ CONVIENE?
Hoy, en muchos sistemas de crianza, los sustitutos han pasado de ser una
opción secundaria a una elección estratégica. Si bien la inversión inicial es
mayor, al ofrecer estabilidad nutricional y menor riesgo sanitario, los costos
son más previsibles y optimizables, sobre todo en sistemas de crianza
intensivas.
Por otro lado, con la formulación adecuada (que contenga niveles óptimos
de proteína y grasa) el crecimiento de los terneros es más estable y
predecible, alcanzando tasas de conversión similares a las de la leche entera.
Lo importante es saber que ahora, gracias al desarrollo tecnológico, los
sustitutos lácteos han evolucionado de tal forma que se han convertido en una
alternativa nutricionalmente equilibrada y eficiente en la alimentación de
terneros.
Otra importante ventaja del uso de sustitutos es la independencia
operativa, ya que la administración del alimento no está sujeta al que horario
de finalización de ordeñe en el tambo, factor importante en términos de manejo.
Su uso no solo optimiza costos, sino que permite mayor previsibilidad en
el crecimiento y conversión alimenticia, reducción de riesgos sanitarios, mejor
estabilidad en la composición nutricional y mayor retorno de inversión para el
productor.
Para optimizar la crianza artificial, es
fundamental seleccionar sustitutos de calidad comprobada y utilizarlos dentro
de un plan de alimentación bien estructurado, ajustado a las necesidades del
sistema de producción.
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