El metano es un gas de
efecto invernadero extremadamente potente que desempeña un papel significativo
en el calentamiento global. A pesar de su impacto, sus emisiones suelen pasar
desapercibidas.
A medida que el mundo avanza hacia un futuro más sostenible
y climáticamente responsable, comprender las fuentes de
emisiones de metano es crucial para evaluar la capacidad de la atmósfera
terrestre de atrapar el calor del sol.
Un estudio reciente ha identificado
las 10 regiones principales a nivel mundial donde el metano se
libera de manera persistente, ya sea por causas naturales, como los humedales,
o por actividades humanas, como la extracción de petróleo y la quema de
carbón.
Investigación
sobre las emisiones globales de metano
Investigadores analizaron datos
provenientes de cientos de fuentes potenciales de metano. Para ello,
recurrieron a información satelital obtenida por la misión Copernicus
Sentinel-5P, que permitió estimar emisiones en 217 ubicaciones.
En lugar de centrarse en los «superemisores«, que suelen ser operaciones
de petróleo, gas, minas de carbón o vertederos mal gestionados, el
estudio se enfocó en fuentes que emiten metano de manera constante a lo
largo del tiempo.
Detección
de fuentes persistentes de metano.
La investigación utilizó un nuevo
conjunto de datos de concentración de metano y un algoritmo desarrollado en la Universidad
de Bremen, en el marco de la Iniciativa sobre el Cambio Climático de la
ESA y los proyectos Methane CAMP y SMART-CH4.
Claus Zehner, gerente de la misión
Sentinel-5P en la Agencia Espacial Europea (ESA), destacó las capacidades
únicas de esta tecnología:
Sentinel-5P es actualmente el único
satélite que permite detectar fuentes de metano a escala global y de forma
diaria», afirmó Zehner.
Identificación
de los principales emisores de metano:
Los expertos analizaron las
concentraciones de metano en distintas ubicaciones entre 2018 y 2021.
Cualquier sitio donde los niveles de metano fueran consistentemente
elevados en comparación con áreas cercanas fue identificado como un
emisor persistente.
Según los datos de 2021, las
concentraciones más altas alcanzaron 1.900 partes por mil millones
(ppb) en algunas regiones, mientras que las más bajas rondaron
las 1.700 ppb.
Michael Buchwitz,
científico senior de la Universidad de Bremen, explicó que el objetivo no era
identificar eventos esporádicos, sino detectar fuentes que emitieran metano casi
continuamente durante los cuatro años analizados.
Humedales
y emisiones naturales de metano
El análisis identificó el humedal
Sudd, en Sudán del Sur, como el mayor emisor persistente de metano del mundo,
con 4,5 millones de toneladas anuales. Otro humedal destacado fue
el Iberá, en Argentina, con una producción de 3,3 millones
de toneladas anuales.
Los microorganismos anaerobios presentes
en los suelos y aguas de los humedales liberan grandes cantidades de metano
debido a sus procesos metabólicos. Aunque esta es una fuente natural,
su impacto en el calentamiento global es significativo.
Huella
humana: metano del petróleo, gas y carbón
Las actividades humanas fueron
responsables de los ocho mayores focos de emisiones persistentes restantes.
Las mayores emisiones antropogénicas
provinieron de los campos petrolíferos y gasíferos en la costa oeste de
Turkmenistán, con 3,5 millones de toneladas de metano anuales.
Otras fuentes importantes incluyeron:
·
Minas de carbón en China y la Cuenca
de Kuznetsk, Rusia.
·
Campos de petróleo y gas en EE.UU.
(Cuencas Pérmica y Delaware).
·
Dakha, Bangladés, y Liaoning, China,
donde las emisiones provienen de la gestión de aguas residuales, la
fermentación entérica del ganado y los arrozales.
La importancia del metano en el
cambio climático: El metano es el segundo gas de efecto invernadero más
importante después del dióxido de carbono, contribuyendo significativamente al
calentamiento global. Sus concentraciones han aumentado casi tres veces desde
1850, convirtiendo a las fuentes de emisión persistente en un problema
ambiental crítico.
Estrategias
para reducir las emisiones
El uso de tecnologías
satelitales, detección de fugas en operaciones de petróleo y gas, y mejores
prácticas en la gestión de residuos serán clave para reducir las
emisiones humanas de metano.
En cuanto a los humedales,
la mitigación es más compleja. Estos ecosistemas son fundamentales para
la biodiversidad y el almacenamiento de carbono, por lo que se
exploran estrategias como:
·
Restauración de
humedales para optimizar su equilibrio
ecológico.
·
Técnicas de gestión
del agua para reducir la emisión de
metano.
·
Intervenciones
microbiológicas para alterar la dinámica del
metano sin afectar el ecosistema.
Con mayor conciencia y mejor
tecnología de detección, los científicos y responsables políticos ahora
tienen los datos necesarios para impulsar acciones efectivas contra las
emisiones de metano.
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