Este
17 de abril se celebra el Día del Malbec. La historia de un varietal que
comenzó a sembrarse por iniciativa de Sarmiento y que tiene en una bodega de
Salta uno de sus tantos exponentes de elite argentinos.
Como cada 17 de abril, este jueves se está celebrando el Día del Malbec.
Si bien se trata de una efeméride surgida desde Argentina, su alcance es mundial: fue en 2011 cuando Wines of Argentina, la entidad que posiciona los
vinos nacionales a nivel global, decidió instaurar esta fecha con el objetivo de posicionar aún más
al Malbec argentino
en el consumo internacional.
¿Y por qué el 17 de abril? Porque es la fecha en que, en 1853, el por ese entonces
presidente Domingo Faustino Sarmiento, nativo de San Juan, hizo explícita su misión de transformar la
industria del vino del
país.
Ese le encomendó a Michel Aimé Pouget, un agrónomo francés experto en suelos, la tarea de traer nuevos varietales. Entre su
selección se encontraba el Malbec.
A lo largo de los años, este experto continuó experimentando con
la adaptación de los
varietales franceses a los terroirs diversos de Argentina. De esa manera, el Malbec floreció en la
Argentina, creando vinos incluso superiores en calidad a los de su país de
origen.
Y así fue creciendo a lo largo de los años hasta hoy, que es la variedad más producida y exportada desde
Argentina.
DÍA DEL MALBEC: MEDALLA DE ORO EN ALEMANIA
En este marco, una bodega salteña celebra este día con un premio
mayor: se trajo medallas
de oro con sus vinos en concursos desarrollados en Alemania y Francia.
Se trata de Bodega
Puna, ubicada en Cachi y
que tiene sus viñedos en pleno
Valle Calchaquí, a 3.600 metros sobre el nivel del mar.
Por primera vez, participó en el prestigioso concurso Mundus Vini – Grand International Wine Award y obtuvo una Medalla de Oro por su Malbec
Reserva 2023.
El proceso no fue sencillo: las muestras recorrieron la imponente Cuesta del Obispo hasta la
ciudad de Salta, desde donde fueron despachadas a Alemania, rumbo a Neustadt an der Weinstraße,
sede del reconocido certamen.
Mundus Vini es uno de los
concursos más relevantes del mundo del vino, con más de 12.000 muestras
evaluadas cada año por un jurado internacional de 40 países. Se realiza dos veces al año: en febrero,
antes de la feria ProWein, y en primavera, para impulsar las ventas navideñas.
Las medallas otorgadas —Grand Gold, Gold y Silver— se convierten en un
verdadero sello de calidad.
“Nuestros vinos
siguen una línea clásica, con paso por madera, que refleja una enología con
raíces y experiencia. Son vinos que permiten expresar el terroir y, a
la vez, posicionarse con mayor valor”, expresó el enólogo Luis Asmet.
Y agregó: “Este reconocimiento es fruto de un trabajo en equipo, donde confluyen el campo, la
agronomía, la visión empresarial y el compromiso en cada etapa. Desde que termina la vendimia,
ya estamos pensando en el próximo vino”.
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