ALGUNOS secretos que guarda la tribu que ha vivido
durante 40.000 años en el lugar donde se originó el homo sapiens.
Los Hadza son una de las últimas tribus
cazadoras-recolectoras del mundo. Se cree que han vivido en la misma tierra en
el norte de Tanzania, comiendo bayas, tubérculos y 30 mamíferos diferentes
durante 40.000 años.
Los antropólogos observaron hace décadas que los hadza siempre tienen hambre pero nunca
mueren de inanición.
Su afición por la comida es
igualada por la abundancia de ingredientes que los rodean, así como por su
talento para rastrearlos y su habilidad para encontrarlos.
Alrededor nuestro había alimentos
que yo no podía ver, pero que hasta los niños hadza de tan sólo 4 años son expertos
en encontrar.
Aunque quedan unos 1.000 hombres, mujeres y niños hazda, se
estima sólo de 200 a 300 siguen
siendo cazadores-recolectores puros, que no cultivan ningún alimento y
no se alimentan de ningún animal domesticado.
A estos hadza los agricultores les
parecen curiosos y divertidos.
Uno me preguntó: "¿Por qué
pasan días enteros en un campo y esperan semanas o meses por comida cuando se
pueden tomar bayas de los arbustos, encontrar suficiente miel para comer hasta
hartarse o pasar una hora dentro de la guarida de puercoespín y alimentar a
todo un campamento?".
Así era como nuestros antiguos antepasados obtenían sus alimentos.
Las manera en la que los hazda se
alimentan es nuestro último vínculo
con las dietas con las que los seres humanos evolucionaron y
a través de las cuales nuestro sistema digestivo se desarrolló, incluyendo la
compleja comunidad de bacterias intestinales que todos tenemos, que pesa entre
1 y 2 kilos en un adulto y que se llama microbioma.
Actualmente hay un creciente
consenso en el mundo médico de que nuestros microbios intestinales desempeñan
un papel importante en el funcionamiento de nuestro sistema inmunológico y que
cuanto más ricos y diversos sean nuestros microbiomas, menor será nuestro
riesgo de enfermedad.
Y sucede que los hadza, debido a su dieta, poseen los
microbiomas humanos más diversos del planeta.
Los resultados fueron impresionantes.
Después de sólo tres días, la diversidad
de bacterias en su microbioma había aumentado en un 20%, y fue capaz de
detectar formas raras de bacterias a menudo asociadas con una buena salud.
Durante muchos años, los agricultores han estado extendiendo sus
territorios dentro de las tierras de los hadza.
En la última década han despejado
160 hectáreas de bosques cada año, bosques que eran la despensa silvestre
hadza.
Los pastores y su hambriento
ganado también han llegado en gran número, asustando a muchos de los 30
mamíferos salvajes diferentes que los hadza han cazado y comido durante decenas
de miles de años.
A 30 minutos en auto de donde fuimos a cazar al puercoespín
había una choza de barro en un cruce de caminos, y adentro, estantes llenos de
latas de refrescos azucarados y paquetes de galletas.
Me había tomado 9 horas de camino
sobre terrenos difíciles llegar allá, sólo para encontrar que las marcas más grandes del mundo habían llegado antes
que yo.
Los cazadores hadza comparten todo.
La suya es una sociedad
igualitaria. No tienen estructuras de liderazgo y con la carne, especialmente,
hay una obligación de dividir lo que se captura por igual.
Las entrañas, el corazón, el
hígado y los pulmones se cocinaban en el lugar y se comen de inmediato. Las
carcasas son cortadas, llevadas de vuelta a los campamentos y distribuidas.
Mientras observaba, y mordisqueaba
nerviosamente un pedazo de hígado de puercoespín, me di cuenta de que había presenciado algo especial.
Una
cacería y una comida, que me había permitido conectarme con el más
antiguo de los pasados.
Fuente,BBC News Mundo-
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