Un estudio
reveló que podría haber empezado en lo que actualmente es Kirguistán. Los
investigadores mezclaron ADN de personas enterradas en fosas comunes con la
bacteria de la plaga, la Yersinia Pestis.
Un estudio reveló que la Peste Negra o peste
bubónica, la plaga más letal en la historia de toda
la humanidad, surgió en 1338 en lo que hoy es Kirguistán.
Los científicos descubrieron ADN de la
bacteria Yersinia Pestis, que desencadenó la infección
continental, los dientes de tres mujeres enterradas en una
comunidad cristiana nestoriana medieval en el valle de Chu, cerca
del lago Issyk Kul, en las montañas Tian Shan, y que registran vida hasta 1338
o 1339.
El equipo de investigación es dirigido por Johannes Krause, del Instituto Max Planck para la
Ciencia de la Historia Humana, y Philip Slavin, de la
Univeridad de Stirling, en Reino Unido.
Los autores del revelador documento, que lleva el
título de "La fuente de la Peste Negra en la Eurasia central del siglo
XIV", encontraron una cantidad inusual de enterrados
en los años 1338 y 1339, con lápidas que adjudicaban el motivo de
las muertes a la "pestilencia".
Los profesionales combinaron los datos de la época y de las excavaciones
con las muestras de ADN de siete personas enterradas. El resultado fue más que
favorable: rastros de ADN de la bacteria en tres muestras.
Una de las conclusiones se centra en el la localización, que tuvo, según
el estudio, un papel clave para la propagación de la enfermedad.
La pandemia más
dura de todas atacó a Asia Menor, Oriente Medio, el norte de África y Europa.
Según el historiador Ole J. Benedictow, autor del volumen
"La Peste Negra (1346-1353)" y especialista en el estudio de las
grandes plagas medievales, alrededor de 50 millones de personas (el
60% de la población) murieron solo en el Viejo Continente a consecuencia de la
contagiosa y mortífera enfermedad en un periodo inferior a una década.
La enfermedad se
extendió por todo el Mediterráneo por barcos mercantes antes de la explosión
que provocó "la muerte negra", y que dejó como resultado las muertes
de 200 millones de personas en tan solo 8 años. Un número equivalente al 60 por
ciento de la población de Europa, Oriente Medio y de África del Norte.
El origen de las enfermedades infecciosas que circulaban en la Edad
Media es muy incierto. Algunos, influenciados por la medicina clásica
griega, atribuían el mal a los miasmas, es decir, a la corrupción del aire
provocada por la emanación de materia orgánica en descomposición.
Cuando la sociedad dejó la teoría sobrenatural de lado, se descubrió que
se trataba de una zoonosis: una enfermedad que pasa de los
animales a los seres humanos.
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