La artesanía de botas de vino de piel de cabra implica cortar la piel,
coserla con pelo de jabalí y sellar el interior con pez para impermeabilizarla.
El proceso es laborioso: la piel se corta con un patrón, se dobla y se cose a
mano para crear el cuerpo. Luego, se voltea para que el pelo quede en el
interior y pueda retener la pez al enfriarse, formando una capa protectora.
Finalmente, se coloca un brocal, que solía ser de madera, hueso o cuerno,
aunque ahora a menudo es de plástico.
Proceso artesanal detallado
Selección y curtido de la piel: Se usa piel de cabra curtida vegetalmente con extractos de plantas
para darle suavidad y flexibilidad.
Corte: Se corta la piel siguiendo un patrón específico para formar la bota.
Cosido: El botero cose las piezas utilizando pelo de jabalí como sustituto de
la aguja. El cosido se hace con una trenza de lino y un hilo especial mezclado
con pez para asegurar la resistencia.
Volteo: Una vez cosido el cuerpo de la bota, se le da la vuelta para que el
lado con pelo quede en el interior. Esto permite que la pez se adhiera bien y
cree una capa impermeable cuando se enfría.
Sellado: Se aplica pez, que es una sustancia pegajosa que se frota sobre el
interior de la bota hasta que se adhiere bien a los pelos.
Colocación del brocal: Se ajusta el brocal en la abertura, a menudo atado con un cordón
trenzado, para permitir que la bota se abra y se cierre fácilmente.
Prueba de impermeabilidad: Se llena la bota con agua para comprobar si hay fugas.
Variaciones y usos modernos
Botas de látex: Las botas modernas también pueden tener un revestimiento de látex en
lugar de pez, lo que las hace más versátiles y aptas para bebidas distintas del
vino.
Uso: Las
botas tradicionales de pez son ideales para vino, mientras que las de látex son
adecuadas para agua, refrescos o bebidas con gas.
·
Mantenimiento: Es importante curar y mantener las botas adecuadamente para mantener
su calidad.



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