sábado, 27 de abril de 2013


EL TRABAJO es SALUD

Una férrea voluntad es todo lo que necesita un hombre para alimentar a sus hijos, sino observen esta imágenes de un joven que sin casco, sin escaleras, sin arneses y sin paracaídas, se trapa un árbol de paraíso de unos 30 metros de altura. Solo armado con una pequeña cierra y aprovechando la inercia de inclinación de los enormes gajos podo estos árboles. En la altura y solo sostenido aquí y allá se tomo su tiempo para encender un cigarrillo y pitar de tanto en tanto.

Esto no ocurrió en el siglo pasado, fue esta mañana a eso de las 10 de la mañana en Agustín Ferrari, Merlo, donde el trabajo se hace sin meditar posibles consecuencias.

Lo cierto es que el joven termino su labor, cobro y se fue llevando un dinero extra a su casa. Digno de admirar este joven que le pone el cuerpo entero a la adversidad. Y como decía el Negro Olmedo en un programa cómico: ¡Yo solo quiero hacer el laburito!

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