viernes, 12 de julio de 2013

AYUDAR al PROJIMO, un VALOR HUMANO que regresa.


La ayuda al prójimo es una tarea de todos los días. Hay que tener presente que lo único necesario es la voluntad de tenderle una mano a quien lo necesite.
 
No existe un manual para este tipo de ayudas, es cuestión de sentimiento y consciencia, por tanto sólo debes atreverte y darte la oportunidad de sentirte útil para la gente que necesita más que tú. Siempre debemos ponernos en el lugar del otro como método para motivarnos a ayudar.
 
Recuerda que no solamente son tangibles, o económicas: existen formas de ayudar con mucho más valor aún, como son los consejos y el apoyo que se le de a alguien en circunstancias difíciles.



Cuando ayudas a alguien tienes que hacerlo realmente de corazón; nunca actúes para que te vean o para querer "ganarte el cielo". Cuando tiendes una mano debes estar convencido de que el reconocimiento debe ser interno, y tu recompensa es la satisfacción de haber hecho el bien sin esperar nada a cambio.
 
No siempre tienes que irte lejos de tu lugar de residencia para ayudar a alguien; día a día vemos seres humanos necesitados de un consejo, de un plato de comida, de una medicina o, simplemente, de alguien que se siente a escucharlo.
 
La mejor manera de ayudar es buscando tú las personas que crees que necesitan de tu apoyo, además de encontrar el momento. A veces ni hace falta buscarlas, sino simplemente basta con caminar por la calle.



También puedes unirte a otro grupo de personas o fundaciones que se dedican a colaborar con la comunidad de las más diversas maneras. Si es difícil para ti hacerlo solo, entonces busca centros de ayuda y aporta tu granito de arena.

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