viernes, 29 de noviembre de 2013

PEYOTE: “CARNE de los DIOSES” para los Aztecas y “CARNE DIABOLICA” para los primeros misioneros católicos.

 
El peyote (Lophophora wiliamsii), "la planta que hace que los ojos se maravillen", según la describió un autor francés, es una cactácea de origen americano que crece en las regiones desérticas de Norteamérica, sobre todo en la sierra que corre entre Nayarit y San Luis Potosí. De acuerdo a las estimaciones de uno de los primeros cronistas españoles, fray Bernardino de Sahagún, los toltecas y los chichimecas conocían el peyote por lo menos dos milenios antes de la llegada de los europeos al continente americano.
Imagen del shaman PEYOTE
 
El etnólogo Carl Lumholtz estima que en realidad se remonta a más de tres mil años de antigüedad ya que un símbolo utilizado por los tarahumaras en la ceremonia del peyote aparece en tallas rituales que datan de esa fecha preservadas en rocas volcánicas.

Segun los artistas,imagenes de alucinaciones que produce el Peyote.
Los primeros testimonios escritos sobre este cacto sagrado pertenecen a Sahagún: "Hay otra hierba como tunas de tierra, se llama peyotl, es blanca, se encuentra en el norte del país; los que la comen o beben, ven visiones espantosas o irrisibles: dura esta intoxicación de dos a tres días y después se quita; es común manjar de los chichimecas, pues los mantiene y les da ánimo para pelear y no tener miedo, ni sed, ni hambre y dicen que los guarda de todo peligro."

Vasija prehispanica hallada en Jalisco, México,  adornada con imagenes de Peyote.
El consumo del peyote ha subsistido en Norteamérica a pesar de la llegada de los Europeos y la imposición de sus creencias y costumbres. Los pueblos que lo emplean ancestralmente con fines rituales (coras, tarahumaras, tepehuanis, huicholes y varias tribus estadounidenses), se comportan ante él con temor reverencial. Consideran que los hace entrar en contacto con fuentes divinas y suponen que si no se han "purificado" previamente, los dioses les harán sufrir tremendos castigos.

Shamanes de pueblos originarios en su
ritual anual en busca de Peyote
El San Pedro se consume en polvo debido a la consistencia poco agradable del cactus y la amargura de su sabor. Además las mayores concentraciones de mezcalina se hallan en la piel verde del cactus, que se pela cuidadosamente y se seca a bajas temperaturas para después reducirse a polvo. Hay reportes de que también se utiliza como componente de una bebida llamada "cimora" hecha con el cocimiento de sus tallos y el de otras plantas, probablemente Daturas de efectos propiamente alucinógenos.
Ruegos a la "Carne de los Dioses"
 
La mezcalina pura se administra por vía oral o intravenosa. Los efectos del peyote ingerido crudo o seco, al igual que el de la mezcalina por vía oral, comienzan entre los 60 y 90 minutos después de la ingestión y duran entre 7 y 10 horas. Los efectos de la mezcalina inyectada comienzan entre los 10 y los 20 minutos.

Quienes disfrutan del Peyote lo comen donde lo hallan
En su estudio etnobotánico de la Nueva España, Francisco Hernández, médico personal del rey Felipe II de España, aseguró que "proporciona alivio cuando se aplica machacado en las articulaciones doloridas". En la actualidad varias personas con conocimientos herbolarios suelen macerarlo en alcohol y utilizarlo como remedio contra el reumatismo.
 
Los indígenas norteamericanos afirman que "si el peyote se usa correctamente, todas las demás medicinas son superfluas." Se ha demostrado que el extracto de peyote tiene actividad antibiótica, justificando su uso para tratar heridas y como analgésico.

Quienes profesan la adoración a este cactus divino, se tatúan diversas imagenes
El cultivo del peyote está prohibido; su principal alcaloide, la mezcalina pertenece a la Lista I. En la práctica esto significa que si no eres un indígena norteamericano perteneciente a la Native American Peyote Church, institución protegida por el derecho a la libertad de culto, no puedes cultivar, comerciar o consumir peyote en territorio estadounidense.
Belleza natural de este pequeño cactus maldecido
y adorado por el hombre
 
En el caso de México, aunque no hay excepciones legislativas formales, el gobierno se muestra tolerante únicamente con ciertos grupos indígenas que pueden recogerlo y consumirlo en lugares de difícil acceso propios de su geografía teológica.
¡Recuerden, el saber nos hara libres!

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