El peyote (Lophophora wiliamsii), "la
planta que hace que los ojos se maravillen", según la describió un autor
francés, es una cactácea de origen americano que crece en las regiones
desérticas de Norteamérica, sobre todo en la sierra que corre entre Nayarit y
San Luis Potosí. De acuerdo a las estimaciones de uno de los primeros cronistas
españoles, fray Bernardino de Sahagún, los toltecas y los chichimecas conocían
el peyote por lo menos dos milenios antes de la llegada de los europeos al
continente americano.
Imagen del shaman PEYOTE |
El etnólogo Carl Lumholtz estima que en realidad se
remonta a más de tres mil años de antigüedad ya que un símbolo utilizado por
los tarahumaras en la ceremonia del peyote aparece en tallas rituales que datan
de esa fecha preservadas en rocas volcánicas.
Segun los artistas,imagenes de alucinaciones que produce el Peyote. |
Los primeros testimonios escritos sobre este
cacto sagrado pertenecen a Sahagún: "Hay otra hierba como tunas de tierra,
se llama peyotl, es blanca, se encuentra en el norte del país; los que la comen
o beben, ven visiones espantosas o irrisibles: dura esta intoxicación de dos a
tres días y después se quita; es común manjar de los chichimecas, pues los
mantiene y les da ánimo para pelear y no tener miedo, ni sed, ni hambre y dicen
que los guarda de todo peligro."
Vasija prehispanica hallada en Jalisco, México, adornada con imagenes de Peyote. |
El consumo del peyote ha subsistido en
Norteamérica a pesar de la llegada de los Europeos y la imposición de sus
creencias y costumbres. Los pueblos que lo emplean ancestralmente con fines
rituales (coras, tarahumaras, tepehuanis, huicholes y varias tribus
estadounidenses), se comportan ante él con temor reverencial. Consideran que
los hace entrar en contacto con fuentes divinas y suponen que si no se han
"purificado" previamente, los dioses les harán sufrir tremendos
castigos.
Shamanes de pueblos originarios en su ritual anual en busca de Peyote |
El San Pedro se consume en polvo debido a la
consistencia poco agradable del cactus y la amargura de su sabor. Además las
mayores concentraciones de mezcalina se hallan en la piel verde del cactus, que
se pela cuidadosamente y se seca a bajas temperaturas para después reducirse a
polvo. Hay reportes de que también se utiliza como componente de una bebida
llamada "cimora" hecha con el cocimiento de sus tallos y el de otras
plantas, probablemente Daturas de efectos propiamente alucinógenos.
Ruegos a la "Carne de los Dioses" |
La mezcalina pura se administra por vía oral o intravenosa. Los efectos
del peyote ingerido crudo o seco, al igual que el de la mezcalina por vía oral,
comienzan entre los 60 y 90 minutos después de la ingestión y duran entre 7 y 10
horas. Los efectos de la mezcalina inyectada comienzan entre los 10 y los 20
minutos.
Quienes disfrutan del Peyote lo comen donde lo hallan |
En su estudio etnobotánico de la Nueva España , Francisco Hernández, médico
personal del rey Felipe II de España, aseguró que "proporciona alivio
cuando se aplica machacado en las articulaciones doloridas". En la
actualidad varias personas con conocimientos herbolarios suelen macerarlo en
alcohol y utilizarlo como remedio contra el reumatismo.
Los indígenas
norteamericanos afirman que "si el peyote se usa correctamente, todas las
demás medicinas son superfluas." Se ha demostrado que el extracto de
peyote tiene actividad antibiótica, justificando su uso para tratar heridas y
como analgésico.
Quienes profesan la adoración a este cactus divino, se tatúan diversas imagenes |
El cultivo del peyote está prohibido; su principal alcaloide, la
mezcalina pertenece a la Lista
I. En la práctica esto significa que si no eres un
indígena norteamericano perteneciente a la Native American
Peyote Church, institución protegida por el derecho a la libertad de culto,
no puedes cultivar, comerciar o consumir peyote en territorio estadounidense.
Belleza natural de este pequeño cactus maldecido y adorado por el hombre |
En el caso de México, aunque no hay excepciones legislativas formales, el
gobierno se muestra tolerante únicamente con ciertos grupos indígenas que
pueden recogerlo y consumirlo en lugares de difícil acceso propios de su geografía
teológica.
¡Recuerden, el saber nos hara libres!
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