lunes, 22 de septiembre de 2014

Belleza inigualable y erotismo en las pinturas de todos los tiempos.

El arte erótico presente en la historia de la humanidad: Término aplicado al arte de contenido sexual, y, especialmente, al arte que celebra la sexualidad humana. Se deriva de Eros , la palabra griega para el amor físico por otra persona (en oposición a ágape , el amor espiritual y desinteresado por un dios). La imaginería del arte erótico puede ser tanto de sexualidad explícita como implícita, siendo los ejemplos de esta última más comunes en muchas culturas, debido tanto a los códigos de conducta como a la mojigatería y la censura. La mayoría de las obras de arte de sexualidad explícita en el mundo occidental han sido producidas como parte de un deseo general de expresar la totalidad de la experiencia humana: muy pocos artistas han hecho del erotismo su única motivación. En muchas otras sociedades y culturas, no obstante, el sexo ha proporcionado una más que evidente fuente de inspiración.
Dos pinturas de Rubens (1577-1640)
 
Todas las antiguas culturas buscaron humanizar y “sexualizar” el universo proyectando sus emociones y actividades sobre los poderes espirituales que se pensaba controlaban la naturaleza. Un tema básico en muchas religiones antiguas fue la promoción ritual de la fertilidad en la humanidad y el aprovisionamiento de alimentos. La magia sexual fue también ampliamente utilizada como defensa contra las fuerzas malignas, y la sexualidad impregnó las creencias y los ritos que marcan los ciclos de la vida humana. Así, los mitos, los rituales y las artes de antiguas culturas, y de muchas tradiciones continuadas enraizadas en ellas, expresan una amplia variedad de temas sexuales. Las imágenes eróticas se encuentran entre los más primitivos indicios que sobreviven de la cultura humana en el período Paleolítico entre 30. 000 y 10. 000 a. C..
Dos Pinturas de Caravaggio (1571-1610)
 
1500-c. 1700 . El nuevo humanismo del Renacimiento en Italia durante el siglo XV, con su renovado interés en el mundo de la antigüedad clásica, llevó a cambios espectaculares en el progreso de las artes. Las vergonzosas connotaciones asociadas con la desnudez, comenzaron a desaparecer, y con el incremento del mecenazgo secular ilustrado, el control de la Iglesia sobre las artes se debilitó, aunque continuó siendo la mayor fuente de patronazgo tanto en el norte como en el sur de Europa. Los asuntos religiosos predominan en el arte de la época, pero los temas eróticos o de tono subido están presentes frecuentemente. Ciertas historias del Antiguo Testamento eran ideales para un tratamiento erótico, tales como Susana y los viejos (pintadas por artistas como Tintoretto, Domenichino y Guido Reni ), José tentado por la mujer de Putifar ( Tiziano, Guercino, Veronese ) y Lot cometiendo incesto con sus hijas ( Rafael, francesco Furini )
Dos pinturas de Tiziano (1477-1576)
 
La más poderosamente erótica es la historia de Judith , que sedujo al comandante enemigo Holofernes y luego le cortó la cabeza mientras se recuperaba de los ejercicios físicos del coito. Este fue un tema favorito de artistas del norte como Lucas Cranach el Viejo y Hans Bandung, y en Italia fue pintado por Mantenga, Giorgione y Tiziano , entre otros. La versión de Tintoretto (c. 1555, Madrid, Prado) expresa el erotismo subyacente de la muerte violenta, y la pintura de Artemisia Gentileschi (c. 1613-14), Florencia, Uffizi) es especialmente interesante como una de una de las más tempranas pinturas eróticas de una mujer artista.
Dos pinturas de Velazquez (1599-1660)
 
La figura más obvia para la representación erótica en el Nuevo Testamento fue María Magdalena. Francesco Furini la retrató (Dublín, Nacional Gallery) en un desnudo frontal de cuerpo entero en estado de excitación, agarrando un crucifijo y acariciando un cráneo. Más frecuentemente, no obstante, se nos muestra de medio cuerpo con las manos cruzadas sobre sus pechos desnudos y un aire de éxtasis en sus facciones, como en las versiones de Tintoretto y Guercino. Una pintura de Elisabetha Sirani (Besançon, Museo de Bellas Artes y Arqueología) nos la presenta apretando una fusta contra sus pechos desnudos, y la representación de Tiziano (1554; Florencia, Pitti) nos la muestra mirando arrebatada hacia el cielo mientras se agarra su sedosa cabellera, dejando la totalidad de sus pechos provocativamente expuestos.
Dos pinturas de Frederic Leighton (1830-1895)
 
Las pinturas eróticas que datan de centurias exponen la belleza y naturaleza del cuerpo humano en toda su magnificencia, iluminándonos sobre las formas que fueron aceptadas en otros tiempos como cuerpos bellos y seductores.
 
 

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