domingo, 20 de enero de 2019

Me reconozco inmaduro, ¿y usted?


El nivel de madurez de una persona no se determina por la edad. Así lo muestra el ejemplo de aquellas personas adultas que a pesar de haber superado la frontera de los 30, siguen mostrando síntomas de inmadurez en su comportamiento. 

Su guión de vida es muy diferente al que tienen otros amigos de edades similares, este tipo de comportamientos pueden ser ocasionados por distintas razones y, en casos extremos, deben ser tratados para que el adulto inmaduro logre establecer relaciones personales a un nivel más maduro.

causas de la inmadurez emocional en adultos

Cada historia es única. Sin embargo, existen posibles esquemas generales que identifican a personas que coinciden con estos perfiles.

1. Una falsa noción de la libertad


Algunas personas no se dan la oportunidad de madurar y de evolucionar a partir de sus propias circunstancias vitales porque interiorizan un concepto de libertad equivocado. Se trata de un estilo de vida en el que el apetecer del momento es un valor que está más allá de cualquier límite externo u obligación.
Una de las experiencias que trae consigo una clara lección de madurez es la responsabilidad.Sin embargo, tienen dificultades para relacionarse con el concepto de norma y viven en una eterna oposición con la realidad.
La persona puede adoptar este estilo de vida con la creencia equivocada de que, de este modo, puede evitar posibles sufrimientos, esfuerzos y desencantos.

2. Intolerancia a la frustración


El ser humano vive un proceso vital marcado por distintas etapas. La infancia y la adolescencia también producen una huella importante en la etapa adulta. Desde esta perspectiva, una infancia que estuvo marcada por la sobreprotección constante puede propiciar una mayor intolerancia hacia la frustración porque el niño no ha tenido la oportunidad de gestionar el desencanto que le producen las situaciones que rompen sus expectativas porque sus padres y el entorno próximo cuidan todos los detalles de felicidad en su vida.

Sin embargo, existe una realidad. Los padres no pueden estar ahí siempre porque la vida tiene sus propias normas. De este modo, un adulto inmaduro a nivel emocional puede haber tenido una historia previa en la que no tuvo la oportunidad de observar la vida como es al estar protegido por un universo propio.

3. Falta de desarrollo personal

Estamos acostumbrados a dar mucha importancia al tiempo medido de forma cuantitativa a través de los días, los meses y los años. Sin embargo, la realidad es que el tiempo por sí mismo no lo dice todo. En realidad, eres tú quien tiene el poder de hacer algo valioso con esos años de vida.
Aquellas personas que no han dedicado tiempo a cultivar su mundo interior y su inteligencia emocional, poniendo más atención en un estilo de vida superficial, son más vulnerables ante el riesgo de la inmadurez emocional que en este caso no es más que la manifestación del propio estilo de vida.
Este desarrollo personal no solo depende de uno mismo, sino también, de los referentes vitales que ha tenido a lo largo de su existencia puesto que esos referentes también crean una influencia.
La madurez está vinculada con muchos componentes emocionales como la empatía, el autoconocimiento, las habilidades sociales, la escucha activa, la inteligencia social. Quien no ha alimentado estos pilares en su propia vida no ha tenido la ocasión de desarrollarlos.

4. Miedo a envejecer

La inmadurez puede ser una coraza con la que intentan protegerse aquellas personas que temen envejecer y se posicionan en un escenario de aparente juventud constante. Es un miedo a envejecer que está vinculado con el temor a la toma de decisiones, la implicación con el propio camino vital, el miedo a sufrir o la angustia por la pérdida de ese escenario de vida que tanto se idealiza: la juventud.


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