El nivel de
madurez de una persona no se determina por la edad. Así lo muestra el ejemplo
de aquellas personas adultas que a pesar de haber superado la frontera de los
30, siguen mostrando síntomas de inmadurez en su comportamiento.
Su guión de
vida es muy diferente al que tienen otros amigos de edades similares, este tipo
de comportamientos pueden ser ocasionados por distintas razones y, en casos
extremos, deben ser tratados para que el adulto inmaduro logre establecer
relaciones personales a un nivel más maduro.
causas de la inmadurez
emocional en adultos
Cada historia es única. Sin embargo,
existen posibles esquemas generales que identifican a personas que coinciden
con estos perfiles.
1. Una
falsa noción de la libertad
Algunas personas no se dan la oportunidad
de madurar y de evolucionar a partir de sus propias circunstancias vitales
porque interiorizan un concepto de libertad
equivocado. Se trata de un estilo de vida en el que el apetecer
del momento es un valor que está más allá de cualquier límite externo u
obligación.
Una de las experiencias que trae consigo
una clara lección de madurez es la
responsabilidad.Sin embargo, tienen dificultades para
relacionarse con el concepto de norma y viven en una eterna oposición con la
realidad.
La persona puede adoptar este estilo de
vida con la creencia equivocada de que, de este modo, puede evitar posibles
sufrimientos, esfuerzos y desencantos.
2.
Intolerancia a la frustración
El ser humano vive un proceso vital marcado
por distintas etapas. La infancia y la adolescencia también producen una huella
importante en la etapa adulta. Desde esta perspectiva, una infancia que estuvo
marcada por la sobreprotección constante puede propiciar una mayor intolerancia
hacia la frustración porque el niño no ha tenido la oportunidad de gestionar el
desencanto que le producen las situaciones que rompen sus expectativas porque
sus padres y el entorno próximo cuidan todos los detalles de felicidad en su
vida.
Sin embargo, existe una realidad. Los padres no pueden estar ahí siempre porque
la vida tiene sus propias normas. De este modo, un adulto inmaduro a nivel
emocional puede haber tenido una historia previa en la que no tuvo la
oportunidad de observar la vida como es al estar protegido por un universo
propio.
3.
Falta de desarrollo personal
Estamos acostumbrados a dar mucha
importancia al tiempo medido de forma cuantitativa a través de los días, los
meses y los años. Sin embargo, la realidad es que el tiempo por sí mismo no lo
dice todo. En realidad, eres tú quien tiene el poder de hacer algo valioso con
esos años de vida.
Aquellas personas que no han dedicado
tiempo a cultivar su mundo interior y su inteligencia
emocional, poniendo más atención en un estilo de vida
superficial, son más vulnerables ante el riesgo de la inmadurez emocional que
en este caso no es más que la manifestación del propio estilo de vida.
Este desarrollo personal no solo depende de
uno mismo, sino también, de los referentes vitales que ha tenido a lo largo de
su existencia puesto que esos referentes también crean una influencia.
La madurez está vinculada con muchos
componentes emocionales como la empatía, el autoconocimiento, las
habilidades sociales, la escucha activa, la inteligencia social. Quien no ha
alimentado estos pilares en su propia vida no ha tenido la ocasión de
desarrollarlos.
4.
Miedo a envejecer
La inmadurez puede ser una coraza con la
que intentan protegerse aquellas personas que temen envejecer y se posicionan
en un escenario de aparente juventud constante. Es un miedo a envejecer que
está vinculado con el temor a la toma de decisiones, la implicación con el
propio camino vital, el miedo a sufrir o la angustia por la pérdida de ese
escenario de vida que tanto se idealiza: la juventud.
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