martes, 3 de mayo de 2022

"Obesidad", la primer enfermedad crónica no transmisible que fue declarada Pandémica por la Organización Mundial de la Salud.

 

Cuando sale el tema del peso corporal en reuniones, ateneos o simplemente en una conversación casual, siempre terminamos hablando de dietas y ejercicios, como tradicionalmente se supone se combate este problema de salud.

Sin duda que ambas categorías: alimentación y actividad física, son parte del tratamiento del sobrepeso, pero no podemos decir que es lo único para hacer y menos aún, que cualquier dieta o cualquier ejercicio ayudan a bajar de peso.

 

En los últimos años, la Obesología, especialidad médica dedicada a abordar el estudio, tratamiento y control del tejido graso, ha estudiado en profundidad los efectos de las dietas, demostrando que el ordenamiento en horarios y calidad de alimentos, es por lejos mucho más eficaz en lograr bajar el contenido graso del organismo, que someterse a estrictas y restrictivas dietas que suelen sostenerse (con muuuucha voluntad) por 3 meses promedio, lejos de representar un cambio de hábito definitivo.

 

También se ha demostrado que lograr ritmo sostenido y prolijo de una actividad física acorde a: peso, edad, grado de obesidad, condición cardiovascular, condición osteoarticular, es decir, actividad física PERSONALIZADA, POR AL MENOS LOS 3 PRIMEROS MESES de iniciado el cambio de hábito, genera cambios metabólicos profundos y sorprendentes, no necesariamente vinculados a un gran descenso de peso al inicio del mismo.

La mentalidad de bajar de peso rápido y mucho, como objetivo primario, nos lleva a resultados frustrantes y que generan más obesidad con la habitual sensación de que “nada sirve”.

Mi recomendación es: pocos cambios pero profundos. Por ejemplo, se puede distribuir un gran cambio por mes: este mes dejo las bebidas azucaradas (para siempre). Y concurro a un kinesiólogo o médico que me asesore sobre cuál sería una actividad física acorde a mi estructura y condición física.

El mes siguiente, dejo las frituras en todas sus formas y presentaciones, por siempre! e inicio la actividad física que me recomendaron, 3 veces por semana (la semana es de lunes a lunes).

El tercer mes, aparte de los cambios de los dos primeros meses, agrego: fumar menos y/o desayunar con pan sin grasa… y así sucesivamente, el cuerpo, pasará meses adaptándose a “no ser acumulador”, tanto como antes pasaba meses aprendiendo a “ser acumulador”…y el descenso se hará presente.

 

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