domingo, 3 de julio de 2022

CURIOSIDADES de ARGENTINA: Hoy visitaremos el Parque Temático Tierra Santa en Buenos Aires.

 


Inaugurado en 1999 Tierra Santa es el primer parque temático del mundo dedicado a la religión. Una delirante genialidad de cartón piedra y fervor místico que no puede faltar en la agenda de todo turista de paso por la capital porteña.

 


Visite Jerusalén en Buenos Aires todo el año» reza uno de los carteles colocados a la entrada de Tierra Santa, un parque temático ubicado a orillas del Río de la Plata. Rodeado de la majestuosidad de los camellos de cartón piedra, la ternura de los pastorcillos de fibra de vidrio, las toscas casas de adobe trucho y las frondosas palmeras de corchopán, al visitante le parecerá estar en el río Jordán.

 


Por apenas 100 pesos –unos 10 euros al cambio oficial y alrededor de 8 al cambio paralelo– o gratis para algunos elegidos, el visitante, nada más traspasar la boletería, se sentirá trasladado a la Palestina del siglo I pero sin abandonar las comodidades del siglo XX, como los restaurantes de comida rápida, los aseos con agua corriente o las cabinas de teléfono, que nunca se sabe cuándo puede recibirse la llamada del Señor.



Para ello, los responsables del parque no han dejado ningún detalle al azar y han desplegado una puesta en escena de inequívoco aspecto bíblico que abarca desde la señalética hasta la indumentaria de los empleados. Aquella tiene un toque muy secular y estos últimos lucen ropajes talares a la moda que hacía furor en el Oriente Medio de la época o las armaduras propias de los legionarios del ejército romano de ocupación.



Las calles recrean una Jerusalén en miniatura, con sus casas, su mezquita (a la que, como es preceptivo, hay que entrar descalzos), su sinagoga, su templo romano y su iglesia porque, aunque la religión cristiana y más concretamente la católica gana a las otras dos por goleada, el parque está dedicado a las tres grandes religiones monoteístas: la cristiana, la musulmana y la judía.



Cada esquina esconde una sorpresa como capillas dedicadas a Juan Pablo II, a la madre Teresa de Calcuta, a Martín Lutero y a Gandhi. Una gruta con un Sagrado Corazón a tamaño Godzilla, un refugio de franciscanos con cerdos, asnos, ovejas de aspecto mutante y otros amigos del Santo y edificios y escenas relacionados con el Antiguo y Nuevo Testamento.



Entre ellos se cuentan la carpintería de José, la prisión de Jesús, el juicio de Pilatos, la flagelación, la oración en el huerto, Adán y Eva, y, sin ánimo de hacerles un spoiler, un espectacular vía crucis que desemboca en un calvario. Gracias a él los niños pueden comprobar el sufrimiento de Cristo en la cruz con todo lujo de detalles.



En Tierra Santa no todo va a ser muñecos de cartón piedra y dioramas a escala 1:1. No, amigos, no. Tierra Santa no es un museo de ninots falleros, sino un parque con la más avanzada tecnología puesta al servicio del proselitismo religioso y de la fe. Ejemplo de ello son las diferentes atracciones en las que autómatas recrean con efectos de luz sonido y locuciones ad hoc, escenas como el nacimiento y adoración de Jesús, la Creación –es aconsejable asistir con colegios de primaria que mostrarán su entrañable humor infantil al ver a Adán y Eva desnudos– y la Última Cena.

 

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