domingo, 24 de julio de 2022

Facultad de Ingeniería de Av. Las Heras en CABA: La verdad detrás del mito y las continuas crisis económicas desde 1909 a 1925.

 

El suicidio de un arquitecto y un edificio a punto de caerse son el corazón de una de las leyendas más fuertes de Buenos Aires, que esconde tras un drama personal los efectos de las crisis económicas cíclicas. 




El edificio de la Avenida Las Heras 2214 (en el barrio de Recoleta) fue concebido entre los años 1909 y 1910 para albergar a la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, y es la única construcción neogótica monumental de carácter no religioso en la ciudad de Buenos Aires.

En la elaboración del proyecto definitivo el ingeniero civil y arquitecto Arturo Prins contó con la colaboración de dos arquitectos italianos recién llegados a la Argentina, Francisco Gianotti y Mario Palanti, quienes luego tuvieron exitosas trayectorias individuales.




Si bien Prins ganó el concurso con su proyecto Luis XIV, las autoridades de la Facultad decidieron posteriormente cambiar ese estilo por un gótico, encomendándole al mismo ingeniero civil y arquitecto el nuevo proyecto y la posterior dirección de la obra.

El proyecto definitivo preveía ocupar toda la manzana comprendida por la avenida Las Heras y las calles Cantilo, Pacheco de Melo y Azcuénaga. La volumetría general se estructuraba en un subsuelo, planta baja avanzada formando una terraza alrededor de todo el edificio y tres pisos con patios jardines internos, se coronaba con una torre central de gran altura y torres laterales más bajas y contaba con tres accesos, el principal sobre la Avenida Las Heras y otros dos sobre los frentes laterales.




Desde su concepción, a partir del proyecto Luis XIV y su cambio al estilo gótico, esta construcción sufrió sucesivas reformas. Las modificaciones eran constantes, tanto en los planos como en la propia obra, que comenzó en 1912. Debido al alto costo de la construcción, las autoridades de la Universidad y Prins acordaron su realización a medida que se consiguieran los fondos.

 

 Motivos internos y externos, como la Primera Guerra Mundial, provocaron una importante alza en el costo de los materiales y obligaron a detener reiteradamente la construcción. La necesidad de trasladar la Facultad de Derecho, que funcionaba en Moreno 350, hizo que se habilitara parcialmente el nuevo edificio en 1925.

Sin embargo, los problemas presupuestarios no cesaron y no se pudo realizar el revestimiento interior ni exterior y menos aún la torre principal. Continuaron lentamente las obras hasta 1938, fecha en que se evaluó la conveniencia de terminar la construcción frente a los altos costos y las nuevas necesidades.

En 1939 se sanciona la Ley 12578, por la cual se autoriza la inversión de $ 6.000.000 destinados a la construcción de otro nuevo edificio para la Facultad de Derecho. Antes de que se aprobara esta nueva construcción ya habían comenzado a circular rumores sobre posibles errores de cálculos. La sanción de la ley y la muerte del Ingeniero Prins en el mismo año imposibilitaron la conclusión del edificio.

"Así, el rumor de que el Ingeniero Prins se suicidó al darse cuenta de errores de "cálculos" tomó fuerza y, con el paso del tiempo y la ignorancia del tema, el rumor parece haberse convertido en una verdad absoluta", concluye una investigación de María del Carmen Maza sobre la gestación y construcción fallida del edificio de Las Heras.3

En 1948 se cede el edificio de Las Heras 2214 a la Facultad de Ingeniería, que actualmente lo utiliza para el dictado de cursos de grado, de posgrado y como sede del Museo de Ciencia y Técnica. La Facultad de Derecho se trasladó a una nueva sede, de estilo neoclásico, en Avenida Figueroa Alcorta.

En 2016 se concluyó una restauración y puesta en valor de las fachadas y los interiores del edificio, restauración de los vitrales y finalización de la fachada respetando el proyecto original de Prins

 

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