El suicidio de un arquitecto y un edificio a punto de
caerse son el corazón de una de las leyendas más fuertes de Buenos Aires, que
esconde tras un drama personal los efectos de las crisis económicas
cíclicas.
El edificio de la Avenida Las
Heras 2214 (en el barrio de Recoleta) fue concebido entre los años
1909 y 1910 para albergar a la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, y
es la única construcción neogótica monumental de carácter no
religioso en la ciudad de Buenos Aires.
En
la elaboración del proyecto definitivo el ingeniero civil y arquitecto Arturo Prins contó
con la colaboración de dos arquitectos italianos recién llegados a la
Argentina, Francisco Gianotti y Mario Palanti,
quienes luego tuvieron exitosas trayectorias individuales.
Si
bien Prins ganó el concurso con su proyecto Luis XIV,
las autoridades de la Facultad decidieron posteriormente cambiar ese estilo por
un gótico, encomendándole al mismo ingeniero civil y arquitecto el nuevo
proyecto y la posterior dirección de la obra.
El
proyecto definitivo preveía ocupar toda la manzana comprendida por la avenida
Las Heras y las calles Cantilo, Pacheco de Melo y Azcuénaga. La volumetría
general se estructuraba en un subsuelo, planta baja avanzada formando una
terraza alrededor de todo el edificio y tres pisos con patios jardines
internos, se coronaba con una torre central de gran altura y torres laterales
más bajas y contaba con tres accesos, el principal sobre la Avenida Las Heras y
otros dos sobre los frentes laterales.
Desde
su concepción, a partir del proyecto Luis XIV y su cambio al estilo gótico,
esta construcción sufrió sucesivas reformas. Las modificaciones eran
constantes, tanto en los planos como en la propia obra, que comenzó en 1912.
Debido al alto costo de la construcción, las autoridades de la Universidad y
Prins acordaron su realización a medida que se consiguieran los fondos.
Motivos
internos y externos, como la Primera Guerra Mundial, provocaron una
importante alza en el costo de los materiales y obligaron a detener
reiteradamente la construcción. La necesidad de trasladar la Facultad de
Derecho, que funcionaba en Moreno 350, hizo que se
habilitara parcialmente el nuevo edificio en 1925.
Sin
embargo, los problemas presupuestarios no cesaron y no se pudo realizar el
revestimiento interior ni exterior y menos aún la torre principal. Continuaron
lentamente las obras hasta 1938, fecha en que se evaluó la conveniencia de
terminar la construcción frente a los altos costos y las nuevas necesidades.
En
1939 se sanciona la Ley 12578, por la cual se autoriza la inversión de $
6.000.000 destinados a la construcción de otro nuevo edificio para la Facultad
de Derecho. Antes de que se aprobara esta nueva construcción ya habían
comenzado a circular rumores sobre posibles errores de cálculos. La sanción de
la ley y la muerte del Ingeniero Prins en el mismo año imposibilitaron la
conclusión del edificio.
"Así, el rumor de que el Ingeniero Prins se
suicidó al darse cuenta de errores de "cálculos" tomó fuerza y, con el
paso del tiempo y la ignorancia del tema, el rumor parece haberse convertido en
una verdad absoluta", concluye una investigación de María del Carmen Maza
sobre la gestación y construcción fallida del edificio de Las Heras.3
En
1948 se cede el edificio de Las Heras
En
2016 se concluyó una restauración y puesta en valor de las fachadas y los
interiores del edificio, restauración de los vitrales y finalización de la
fachada respetando el proyecto original de Prins
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