Durante el Renacimiento y durante la Ilustración se
denostó el periodo conocido como Edad Media, un largo espacio de unos 1000
años, como una época de tinieblas, un intermedio entre dos periodos brillantes:
La Antigüedad y la Modernidad.
Como dice Jacques Le Goff
“hasta el siglo XVIII, la imagen dominante de la Edad Media, elaborada e
impuesta por los humanistas y más tarde por los filósofos de las luces, fue la
de una época bárbara y oscurantista, dominada por señores incultos y depredadores
y por una Iglesia opresiva que despreciaba el verdadero saber”.
En resumen, muchas
de las cosas que creemos saber, a nivel general, sobre la Edad Media son
tópicos históricos que poco tienen que ver con la realidad de aquellos siglos.
Veamos, por ejemplo, una lista de diez tópicos sobre los siglos medievales que
están todavía más que presentes:
**La desaparición de la cultura
clásica: La Italia del
Renacimiento hizo de la recuperación de la cultura clásica su seña de
identidad. Con todo, lo cierto es que durante la Edad Media hubo otros muchos
momentos (el mundo carolingio, el renacimiento otónida, el surgimiento de las
universidades en el siglo XII…) en los que la cultura clásica se volvió a
situar en el centro de la vida intelectual europea. De hecho, sin la
transmisión medieval de los textos clásicos, muchos de estos se hubieran
perdido.
**La falta de higiene: La idea de una Edad Media sucia es uno de los
tópicos más enraizados incluso hoy en día. En contraste con la idea que tenemos
del mundo romano y sus termas (que no eran, por otro lado, precisamente un
ejemplo de salubridad) parece que todo es suciedad en la Edad Media.
**Una sociedad cerrada: La visión que mucha gente tiene sobre la Edad
Media es la de una sociedad inmóvil y estancada, donde los campesinos están
ligados a la tierra y no se mueven más que algunos kilómetros de su terruño. Lo
cierto es que los viajes de todo tipo estaban a la orden del día, ya fuera en
la forma de peregrinajes, mudanzas familiares a las ciudades, circulación de
libros, costumbres e ideas, expediciones militares o a través del comercio.
Cuanto más miramos a la Europa medieval, más movimiento encontramos y más
circulación y contactos entre territorios somos capaces de ver.
**La violencia señorial: Los pensadores contrarios al Antiguo Régimen, la
novela histórica y el cine nos han enseñado que los nobles medievales eran
violentos y malvados y hacían la vida imposible a sus campesinos. En Cataluña,
por ejemplo, los mals usos o la Pau i Treva se han convertido en iconos de la creencia en la
existencia de una violencia generalizada. En cambio, cuando miramos la
documentación medieval catalana, por seguir el ejemplo, encontramos una
sociedad profundamente judicializada y legalista en la que, pese a haber
episodios de violencia, estamos muy lejos de una violencia señorial
generalizada contra los campesinos.
**Las mazmorras: Vinculada al tópico anterior, la imaginación
romántica hizo de las habitaciones subterráneas de los castillos, que
normalmente eran depósitos de grano y de otros alimentos, unas lúgubres y
tenebrosas prisiones. No se duda de que en algunos momentos pudieran usarse
para eso pero, puestos a encerrar a alguien, se prefería hacerlo en las torres.
**La Tierra era plana: Un ejemplo de la supuesta ignorancia medieval es que creían
que la Tierra era plana. De nuevo, un tópico. Desde la Antigüedad se sabía que
la Tierra era esférica y este conocimiento se mantuvo durante los siglos
medievales. Las críticas que se hicieron a Cristóbal Colón por parte de los
expertos de la época no vinieron porque creyeran que la Tierra era plana sino
por el hecho de que el viaje entre Europa y el extremo Oriente – contando que
no sabían que el continente americano existía – era inviable por la gran
distancia a recorrer.
**El cinturón de castidad: La imagen del marido que iba a las Cruzadas y
ponía a su mujer un cinturón de castidad es uno de los clichés más extendidos
sobre la Edad Media. Con todo, su origen debemos buscarlo en la fantasía
novelesca del siglo XIX, que hizo pasar por real un cuentecillo satírico
italiano bajomedieval. El único «cinturón de castidad» medieval era, en la
forma de una metáfora espiritual, la cuerda que ceñía el hábito de los monjes
europeos.
**El derecho de pernada: La idea de que un señor feudal podía mantener relaciones
sexuales con la novia durante la noche de bodas de sus campesinos es otra de
esas imágenes de brutalidad y depravación que parecen privativas de la Edad
Media. Por desgracia para los guionistas de Braveheart no hay ninguna prueba, por pequeña que sea, de esta
práctica.
**Las mujeres no tenían alma: Es un lugar común denunciar que los clérigos medievales
creían que la mujer no tenía alma. Lo cierto, otra vez, es que esto es un error
de interpretación de la realidad medieval. Los partidarios de esta afirmación
se aferran a un detalle del sínodo eclesiástico de Macon, ocurrido el año 585,
en el que se discutió, entre otros temas, una cuestión cuasi filológica: si las
mujeres debían ser consideradas «homo». Esto no quería decir que se dudase de que, como los
hombres, tuvieran alma. En latín, como en muchas lenguas romances actuales, el
término «hombre» servía para designar tanto a hombres como a mujeres. Lo que se
debatía era si el término se debía utiliza solo para el género masculino o como
vocablo colectivo que incluyese también al género femenino.
**La Inquisición medieval y la
quema de brujas: La Inquisición medieval no comparte las
prácticas que hicieron tristemente famosa a la Inquisición hispánica moderna.
De la misma manera, pese a que la brujería femenina y su persecución es otro de
los tópicos mas enraizados respeto a la Edad Media, no será hasta finales del
siglo XV y, especialmente durante la Edad Moderna, que la creencia sobre las
brujas y la necesidad de su persecución general estalle en Europa de manera
generalizada.
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