Cuando aparecen, las drogas se mencionan casi
de modo incidental, y se centran en aspectos medicinales y religiosos, dejando
a un lado rápidamente cualquier uso recreativo.
Sin embargo, hubo un comercio internacional de drogas
desde el año
Había más de una
docena de formas de alterar la realidad en el antiguo mundo del Mediterráneo,
pero dominaban dos drogas: el opio y la
marihuana.
Una investigación minuciosa
realizada en las últimas dos décadas ha comenzado a revelar patrones en el uso
de estas drogas, previamente insospechadas incluso por los historiadores
clásicos del siglo XX..
En una escena de una pintura
versión árabe del siglo XIII de "Materia Médica" de Dioscórides, en
la que el médico, farmacólogo y botánico de la antigua Grecia está con un
discípulo que sostiene una mandrágora. El artista Yusuf al Mawsili pintó a un
hombre (el alumno) en lugar de la mujer que en textos clásicos / bizantinos
personifica el descubrimiento.
Una de las primeras pistas
de que los antiguos consideraban que la amapola era más que una planta bonita
proviene de su uso frecuente como motivo en estatuas y grabados. Los arqueólogos han
descubierto que, ya en
La forma de esas
cápsulas artificiales hacía que fuera razonable suponer para qué se usaban,
pero hasta hace poco era imposible estar seguro.
En 2018, la revista Science informó que
las nuevas técnicas para analizar los residuos en las cápsulas excavadas habían
revelado que el material vegetal contenía no solo opio, sino -a veces- otras
sustancias psicoactivas.
Estos frascos y
cápsulas se han encontrado en todo el Levante, Egipto y Medio Oriente. Su
uniformidad sugiere que formaban parte de un
sistema organizado de fabricación y distribución.
"Brebajes
sutiles y excelentes"
Hay un pasaje muy
sugerente en "La Odisea" de Homero, en el que Helena de Troya le echa
al vino una droga que quitaba los recuerdos dolorosos y el ardor del dolor y la
ira.
"Quien lo tomara después de
mezclado en la crátera, no derramaría lágrimas por las mejillas durante un día,
ni aunque hubieran muerto su padre y su madre o mataran ante sus ojos
con el bronce a su hermano o a su hijo".
Helena, dijo Homero, tenía "tales brebajes sutiles y
excelentes" pues se los había dado Polidamna, esposa de Ton, una mujer
de Egipto, "cuya fértil
tierra produce muchísimas pócimas; después de mezclarlas algunas son
buenas y otras perniciosas".
El nombre Ton es
significativo, pues los egipcios creían que el dios llamado Tot le había
enseñado a la humanidad el uso del opio, según registra Galeno, el investigador
médico de la Edad Antigua por excelencia.
Sueño eterno
Por su parte, el
médico, farmacólogo y botánico de la antigua Grecia Dioscórides, autor de "De Materia Medica" (la
enciclopedia de medicina herbaria y sustancias medicinales relacionadas),
describió la técnica de la cosecha:
"Los que producen opio deben
esperar hasta que el rocío se haya secado para cortar ligeramente con un
cuchillo alrededor de la parte superior de la planta. Se cuidan de no
cortar el interior.
"En el exterior de la cápsula, se
hace un corte hacia abajo. A medida que sale líquido, usa tu dedo
para ponerlo en una cuchara. Al regresar más tarde, uno puede cosechar más
del residuo después de que se haya espesado, y aún más al día siguiente".
Dioscórides también advierte contra la
sobredosis. "Mata", dice sin
rodeos.
De hecho, muchos
romanos compraban opio precisamente por
esa razón.
El suicidio no era
pecado en el mundo romano, y muchas personas que sufrían de vejez y enfermedad
optaban por irse flotando de la vida en una suave ola de opio.
No es muy probable
que sea coincidencia que las divinidades griegas Hipnos -el dios del sueño- y
Tánatos -su hermano gemelo, el dios de la muerte sin violencia- estén
representados con coronas o ramos de amapolas.
El opio era un somnífero
común mientras que, escribe el filósofo griego Teofrasto, "del jugo de la
amapola y la cicuta viene la muerte fácil y sin dolor".
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