domingo, 7 de mayo de 2023

El ícono arquitectónico iraní, HOY el PALACIO GOLESTAN, de lo que son capaces las manos creativas del ser humano-

 

El Palacio de Golestán (Kakheh Golestan), también conocido como el Palacio del Jardín de las Flores, fue construido por la dinastía Qajar en la ciudad de Teherán. Se trata de una residencia real que data de hace 400 años y se caracteriza por una fusión entre la arquitectura persa, la adaptación de tecnologías de construcción europeas y el uso de hierro fundido para carga. Declarado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en 2015, en él se muestran las representaciones del estilo sintético y persa-europeo, una de las características del arte y la arquitectura iraní de finales del XIX y XX.




El complejo fue la residencia real de los Safavid a mediados del siglo XVI. Por la importancia de resguardar la ciudadela real, se construyó la primera muralla defensiva alrededor de Teherán bajo la dirigencia de Shah Tahmasb en la década de 1550. Más adelante, la dinastía Zand (1750-1794) encomendó la renovación del Palacio al arquitecto Ustad Ghulam Reza Tabrizi, quien además construyó una cámara de audiencias y varios edificios.




La labor de mantener y expandir la ciudadela continuó con la llegada al poder de la dinastía Qajar, en 1779. Tras elegir Teherán como su capital en 1785, Aqa Mohammad Khan amplió el cautivante jardín Golestan y construyó el palacio Qasr-i Golestan; sin embargo, este último ya no existe actualmente. Ya en el siglo XX, bajo la era de Pahlavi (1925-1979), el Palacio de Golestán se usó para recepciones reales formales y ceremonias de gran importancia.




Los tesoros del Golestán 

Hoy el Palacio de Golestán comprende ocho estructuras extraordinarias, las cuales utiliza como museos y jardines, además de un centro verde rodeado por un muro exterior con puertas. Consta de dos jardines conectados –uno más pequeño en el oeste y otro más grande en el este– y los edificios que los rodean. Asimismo cuenta con un canal de agua que corre de norte a sur, cerca de su frontera con el jardín Takht-i Marmar.

La primera de las salas es Shams ol-Emaré (o Palacio del Sol), la estructura más impresionante del palacio Golestán; Talar-e Aineh o (Sala de espejos) y Talar-e Berelian (sala de brillantes), poseen espectaculares decoraciones con espejos artesanales, y en el caso de la sala de brillantes, también incluye candelabros tradicionales iraníes.

Emarat-e Badgir (edificio de captadores de viento) alberga el vitral más importante del palacio, mientras que el Palacio Abyaze (palacio blanco) es el hogar de uno de los museos etnológicos más interesantes de Irán, además de exhibiciones sobre ropa tradicional iraní y arte folclórico. Talar-e Zoruf y Talar-e Adj (o sala de marfil) poseen colecciones de porcelana y regalos entregados a los reyes de la dinastía Qajar. Por otra parte, la sala de marfil también fue utilizada como comedor.

Por último, la Talar-e Almas (sala de diamante) se caracteriza por una ornamentación con espejos; en tanto, la Talar-e Salam (Salón de recepción) fue designada para recepciones reales. Situado en la Plaza Khordad, el Palacio de Golestán recibe anualmente a un sinnúmero de visitantes que buscan adentrarse en su belleza llena de historia –una de las estructuras más antiguas de Teherán.   

 

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