El
Palacio de Golestán (Kakheh Golestan), también conocido como el Palacio del Jardín
de las Flores, fue construido por la dinastía Qajar en la ciudad de Teherán. Se
trata de una residencia real que data de hace 400 años y se caracteriza por una
fusión entre la arquitectura persa, la adaptación de tecnologías de
construcción europeas y el uso de hierro fundido para carga. Declarado por la
Unesco como Patrimonio de la Humanidad en 2015, en él se muestran las
representaciones del estilo sintético y persa-europeo, una de las
características del arte y la arquitectura iraní de finales del XIX y XX.
El complejo fue la residencia real de los Safavid a
mediados del siglo XVI. Por la importancia de resguardar la ciudadela real, se
construyó la primera muralla defensiva alrededor de Teherán bajo la dirigencia
de Shah Tahmasb en la década de 1550. Más adelante, la dinastía Zand
(1750-1794) encomendó la renovación del Palacio al arquitecto Ustad Ghulam Reza
Tabrizi, quien además construyó una cámara de audiencias y varios edificios.
La labor de mantener y expandir la ciudadela continuó
con la llegada al poder de la dinastía Qajar, en 1779. Tras elegir Teherán como
su capital en 1785, Aqa Mohammad Khan amplió el cautivante jardín Golestan y
construyó el palacio Qasr-i Golestan; sin embargo, este último ya no existe
actualmente. Ya en el siglo XX, bajo la era de Pahlavi (1925-1979), el Palacio
de Golestán se usó para recepciones reales formales y ceremonias de gran
importancia.
Los tesoros del
Golestán
Hoy
el Palacio de Golestán comprende ocho estructuras extraordinarias, las cuales
utiliza como museos y jardines, además de un centro verde rodeado por un muro
exterior con puertas. Consta de dos jardines conectados –uno más pequeño en el
oeste y otro más grande en el este– y los edificios que los rodean. Asimismo
cuenta con un canal de agua que corre de norte a sur, cerca de su frontera con
el jardín Takht-i Marmar.
La
primera de las salas es Shams ol-Emaré (o Palacio del Sol), la estructura más
impresionante del palacio Golestán; Talar-e Aineh o (Sala de espejos) y Talar-e
Berelian (sala de brillantes), poseen espectaculares decoraciones con espejos
artesanales, y en el caso de la sala de brillantes, también incluye candelabros
tradicionales iraníes.
Emarat-e Badgir
(edificio de captadores de viento) alberga el vitral más importante del
palacio, mientras que el Palacio Abyaze (palacio blanco) es el hogar de uno de
los museos etnológicos más interesantes de Irán, además de exhibiciones sobre
ropa tradicional iraní y arte folclórico. Talar-e Zoruf y Talar-e Adj (o sala
de marfil) poseen colecciones de porcelana y regalos entregados a los reyes de
la dinastía Qajar. Por otra parte, la sala de marfil también fue utilizada como
comedor.
Por
último, la Talar-e Almas (sala de diamante) se caracteriza por una
ornamentación con espejos; en tanto, la Talar-e Salam (Salón de recepción) fue
designada para recepciones reales. Situado en la Plaza Khordad, el Palacio de
Golestán recibe anualmente a un sinnúmero de visitantes que buscan adentrarse
en su belleza llena de historia –una de las estructuras más antiguas de
Teherán.
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