De oficio metalúrgico, Pablo Bigo
sorprende a los amantes de la maquinaria con sus creaciones de hierro a muy
pequeña escala. "No discriminamos modelos ni marcas, y buscamos que sea lo
más parecido posible a la realidad", relata.
Nacido en Rio Cuarto, provincia de
Córdoba, es reconocido por sus excelentes trabajos en miniaturas de campo. Es que Pablo Bigo se destaca por la perfección al
pasar de la maquinaria agrícola real a una creación idéntica a estala menor.
“Siempre nos piden trabajos de diferentes
partes del país. No discriminamos modelos, marcas ni implemento a diseñar.
Buscamos por todos los medios que
sea lo más parecido posible a la realidad”, sostiene el soldador, que está casado con
Noelia y tiene un hijo, al que intenta todos los días transmitirle su huella
imaginativa: Juan Bautista.
Sus más recientes creaciones, por
pedido concreto de amantes de las maquinas, son cosechadoras, tractores,
tolvas, pulverizadoras y hasta implementos de laboreo que generan curiosidad.
“Cuando en lo que
a uno le gusta las cosas se realizan con amor en muy probable que estemos cerca
de la perfección”, destaca Bigo.
Por ejemplo,
comenta que desde muy pequeño intentaba imitar
maquinarias agrícolas en madera, lo que ya evidenciaba su pasión por las
creaciones a escala,
principalmente de maquinarias, camiones y automóviles.
SIEMPRE CERCA DEL CAMPO:
De familia arraigada al sector
agropecuario, Bigo conoce mucho sobre maquinarias y se concentra en cada
trabajo para conquistar un diseño muy parecido al real.
“Tengo mucha demanda de maquinarias
antiguas pero también modernas. Si bien no es mi principal fuente de ingresos, esta actividad me
ayuda económicamente en mis tiempos libres”, menciona el artesano a Infocampo.
Además, confiesa que los implementos
agrícolas son una pasión en su vida. Actualmente es propietario de
un taller metalúrgico familiar donde repara implementos para el agro. “Eso me ayudó a conocer muchas
características esenciales que debo replicar a escala real en cada uno de mis
diseños”, asegura el herrero.
Bigo muestra entusiasmo al exhibir alguna
de sus obras. “Para los diseños se utilizan materiales simples que se pueden
conseguir en cualquier ferretería de barrio: madera, metales y plásticos”,
expresa con humildad.
Sin embargo, sabe que su rol de
imaginación es fundamental para unir esas piezas sencillas y lograr una pequeña
máquina que trae
consigo con un alto valor sentimental para quien se la encarga.
Soy consciente del valor que una
maquinaria agrícola tiene para el hombre de campo. Hay quienes son
fanáticos de una marca y otros que añoran que les fabrique la máquina con la
que trabajaban sus abuelos en otros tiempos. Es una gran responsabilidad para mí
lograr satisfacer esa demanda”, destaca el entrevistado.
UN DISEÑO PARA TODA LA VIDA
Las piezas son soldadas o ensambladas,
según corresponda, y tienen una durabilidad eterna. “Cada réplica lleva mucho
tiempo y dedicación. Debo construir los detalles que caracteriza a cada pieza
para hacerlo más real”, comentó.
Por otra parte, destaca que se
considera “un artesano de la maquinaria agrícola”, debido a que cada creación
es elaborada con piezas únicas. “Lo hago de forma artesanal; con mis propias
manos y despertando el ingenio y la imaginación”, insistió.
No hay dudas que los trabajos que Bigo
desarrolló durante su camino como “artesano metalúrgico del campo”, fue
escalando en el corazón de los amantes de las maquinarias agrícolas. Sus
“mini-implementos”, llegaron para emocionar a grandes y chicos. Además, no hay
un abuelo al cual no se le pianta un lagrimón al tener una creación en frente.
Su prolijidad y
delicadeza lo llevaron a exportar
diseños a Paraguay y Bolivia en una oportunidad. “Nunca imaginé que
podría trascender las fronteras. Lo cierto es que lo hago con mucha pasión y
responsabilidad”, vaticinó a modo de conclusión.
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