martes, 3 de octubre de 2023

Por qué nos casamos cada vez a mayor edad: feminismo, estudios académicos y rechazo al statu quo/2023-

 

Casi todos los índices de Occidente —incluidos los de Argentina— muestran un corrimiento hacia adelante de la edad del primer casamiento. Tres investigadoras analizan qué factores influyen para que esto ocurra y nuestros lectores cuentan sus experiencias.



En 2017, un estudio de la Universidad de Utah determinó la mejor edad para casarse. El asunto inquietaba a los utaheños porque su Estado tenía el registro estatal más joven para los casamientos: 24 años para las mujeres, 26 para los varones (frente a un promedio en Estados Unidos de 27 y 29, respectivamente). La investigación había comenzado dos años antes siguiendo la continuidad de parejas casadas entre 2006 y 2010, y finalmente el trabajo estableció dos cosas. 

“Hoy en día, en muchísimos países, Argentina incluida, la unión convivencial es reconocida legalmente para los trámites que importan, tales como la toma de decisión cuando hay un miembro de la pareja incapacitado por enfermedad, pensiones si hay muerte, reconocimiento del domicilio conyugal, etcétera. Y la disolución, el divorcio, es más engorrosa y costosa. Al mismo tiempo y como lucha por la igualdad de derechos, el matrimonio igualitario como norma legal gana terreno”.



Primero, que los que se casan entre los 28 y los 32 años tienen más posibilidades de que su matrimonio sea exitoso. Segundo, que las chances de divorcio son altas para los que lo hacen antes de los 20 años o entre los 32 y 45 (“Las personas que esperan más allá de los 30 para casarse pueden no estar predispuestas a hacer un esfuerzo por que salga bien el matrimonio”, dijo el sociólogo Nick Wolfinger, líder de la investigación).

Sin embargo, más allá de los hallazgos de la Universidad de Utah, los casamientos más jóvenes ocurren en África (en Chad y Níger, el promedio es de 19 años). Y, por el contrario, Occidente es la región en la que la gente se casa más tarde. Y especialmente Europa Occidental, donde los registros suben de 30 años (en Suecia la cifra nacional es de 34 años o más). En el continente americano los índices son más irregulares: en México la edad es 27; en Canadá es 30; en Brasil es 31; en Chile es 34; y en el resto de Sudamérica (excepto Ecuador y Surinam), entre 24 y 26. En la Argentina es 25 años y medio. 

“Entender la decisión de casarse y a qué edad se define, cuando se la toma, es una de las cuestiones más interesantes de pensar porque no tiene respuestas sencillas”, dice Isabella Cosse, investigadora del CONICET con sede de la Escuela de Interdisciplinaria de Altos Estudios de la UNSAM (también es investigadora del IIEGE, de la UBA, y autora de Pareja, Sexualidad y Familia en los años sesenta y otros libros).

La demógrafa Georgina Binstock —señala Cosse— mostró que en la Argentina existe un aumento de la edad al primer matrimonio: la mitad de las mujeres nacidas antes de la década de 1960 contrajeron matrimonio antes de cumplir los 22 años, y siete de cada diez ya se habían casado al cumplir los 26 años. Las proporciones entre las mujeres nacidas durante la década del 1960 y 1970 se reducen casi a la mitad.

“Pero cuidado”, sigue Cosse, “esto no significa que las personas no puedan vivir en pareja sin estar casadas. Allí está un nudo clave de las transformaciones. Las uniones consensuales, que siempre han tenido enorme importancia en las sociedades latinoamericanas, en especial entre las clases populares, han cobrado aún más importancia y lo han hecho en forma transversal a diferentes clases”. 

·         Pasaron del 21% en 1990 a 30% en 2005.

·         Hubo un aumento de los nacimientos extramatrimoniales de 29% en 1980 a 57% en 2000. 

 

 

 

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