jueves, 6 de junio de 2024

Año en el que las mujeres consiguieron DERECHO a VOTO en cada país del mundo. El primero fue…,

 

Son solo algunos de los datos que podemos extraer, si ahondamos un poco, en este mapa de Cuban Holidays, en el que se muestra el año en el que se garantizó el derecho de la mujer a votar en cada país del mundo. Así, es fácil ver que, en el otro extremo del espectro, está Nueva Zelanda, el primer país en promover el sufragio femenino. Y además, sin condiciones, para toda la población por igual.




El siguiente en hacerlo en orden cronológico fue Australia, aunque, eso sí, con ciertas restricciones: ni hombres ni mujeres aborígenes ostentaban este poder. Sucedió lo mismo en Noruega (1907), que exigía reunir ciertos requisitos relacionados con la posición social, mientras que en la vecina Finlandia, ya un año antes, se adoptó también la medida sin ningún tipo de veto.




En la década de 1910, el resto de países nórdicos se sumaron a la fiesta electoral para toda la población: sucedió en 1915 en Dinamarca e Islandia, mientras que en parte del resto de Europa (Austria, Alemania, Polonia, Lituania, Reino Unido e Irlanda) implementarían la ley algo más tarde, en 1918. El reino británico, por cierto, también lo hizo con restricciones: solo podían votar mujeres mayores de 30 años que cumpliesen con unos requisitos mínimos de propiedad, tal y como se cuenta en la película Sufragistas.




Un año después, otros territorios británicos, como la isla de Man, adquirieron este derecho de forma universal. Sin embargo, el caso de este lugar es curioso, pues ya en 1881 se había aprobado una ley que otorgaba el voto a mujeres solteras y viudas que tuviesen un certificado de propiedad, convirtiéndolo en el primer territorio en hacer algo así en todo el mundo.



El derecho de la mujer a votar, que hoy en día parece evidente y cotidiano, no lo era tanto hace unos años... ni en algunos lugares. En Arabia Saudí, por ejemplo, no se garantizó este derecho hasta 2011, y aún así, está bastante coartado: las mujeres no suelen poseer los documentos necesarios para inscribirse, según ha denunciado en repetidas ocasiones Human Rights Watch (HRW). Además, para llevar a cabo el proceso -y para tomar prácticamente cualquier otra decisión en la vida-, deben estar tuteladas por un hombre.

Se añade a estas dificultades el hecho de que no puedan hablar con los candidatos masculinos sin que medie un portavoz, ni tampoco comunicarse con sus posibles votantes de este género sin él si es que son ellas las que se presentan a algún cargo. Cosa que, por cierto, no muchas hacen: frente a los 5.938 candidatos masculinos que se presentaron en 2015, durante las últimas elecciones municipales, solo hubo 979 participantes femeninas. Para votar, asimismo, solo se registraron 130.600 mujeres, un número que palidece ante el 1.300.000 de hombres listados.

 

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