**Hay que hacer un trabajo
paralelo con la familia, pero ¿puede la escuela ocuparse de esto? Las familias
son muy conflictivas, muchas de ellas debido a las condiciones en que viven.
Lograr que entiendan muchos de los objetivos que nos hemos propuesto desde la
escuela, como por ejemplo la higiene, es difícil. Es cambiar hábitos. Director
de escuela de gestión estatal (IIPEUNESCO.
**Son muy demandantes las familias, y no
siempre plantean las cosas con educación. Las madres que se juntan en la puerta
de la escuela al mediodía viven sacándole el cuero a las maestras y a la
directora. Eso sí, cuando las llamás por un problema de aprendizaje o de
convivencia en que están metidos sus hijos no aparecen ni que las busque un
patrullero. Alejandra, directora de una escuela privada de la ciudad de Buenos
Aires.
Construir el vínculo con la
familia Con los padres tenemos muy buena relación y es muy necesario contar con
su apoyo. Pero para que esto suceda, mi experiencia es que hay que “marcarles
la cancha”. Esto significa que lo técnico-pedagógico es competencia de la
escuela. A los padres les corresponde el soporte, el apoyo. Nosotros debemos
explicarles cuáles son las necesidades que tenemos y por qué creemos que ellos
deben colaborar en eso.
Director de escuela de gestión
estatal (IIPEUNESCO) Alrededor de cada escuela se conforma una red cuyos
vínculos se sostienen en un conjunto de valores, creencias y prácticas,
supuestamente compartidos. Las familias acuerdan tácita o explícitamente cómo
se educarán sus hijos. Se genera así la “alianza escuela-familia” (Narodowski,
2001). Esta alianza, que sin dudas se ve afectada por cambios sociales y
culturales, debe recrearse como pilar de cualquier proyecto educativo y formar
parte de la agenda del equipo directivo.
Así es como llegan a conformarse un conjunto
de relaciones que mantienen los docentes, las autoridades, los alumnos y sus
familias y que se denomina comunidad educativa (Krichesky, 2006). Todas las
escuelas enfrentan desafíos a la hora de vincularse con el entorno. Más aun las
que cumplen su tarea en contextos adversos de aislamiento geográfico,
vulnerabilidad social y económica, etc. Dirigir una escuela requiere equipos
directivos que, además de administrar recursos y organizar las actividades,
promuevan el interés, la participación y el compromiso para la mejora del
aprendizaje de los alumnos. De qué modo participa la familia no es algo que
pueda ser decidido unilateralmente por una u otra parte. Requiere pensar en las
características de la comunidad, sus expectativas y también los valores que
sustentan la relación y la historia de ese vínculo.
Existen diversos modos de
participación de la familia (IIPE-UNESCO, 2004): · El
denominado estructural,que hace referencia al hecho básico de que el
aprendizaje se produce gracias a la interacción entre el alumno, su familia,
los docentes y los recursos institucionales con que cuenta la escuela. · El
contributivo, donde la familia aporta recursos como tiempo, dinero y trabajo en
la gestión de la escuela. La figura de la asociación cooperadora (altamente
extendida en el sistema educativo argentino de gestión estatal) o las
asociaciones o comisiones de padres o familias (más propio de escuelas de
gestión privada) son buenos ejemplos de esto. · El
tercero es el político, quizá el de sentido más fuerte de participación. Aquí
la familia no solo aporta recursos sino que participa en la decisión de cómo se
utilizan. En alguna medida, la familia participa en el gobierno de la escuela.
Para construir un vínculo positivo en cualquiera de estos niveles de
participación es necesario a) reconocer la red, b) comunicar y c) acordar
compromisos.
Algunas preguntas relevantes al
respecto son: · ¿Cómo se estructuran las
familias? ¿Son hogares monoparentales? ¿La jefatura de hogar es masculina o
femenina? ¿Hay niños con parejas de padres/madres del mismo sexo, familias
ensambladas, etc.?
¿Cómo es la estructura horaria
familiar? ¿Cómo comparten tiempo las familias?
· ¿Cuál
es el nivel educativo que han alcanzado los padres de los alumnos de la
escuela? (primario, secundario o superior, completo o incompleto).
· ¿Qué
tipo de trabajo tienen? ¿Cuál es el perfil productivo de la comunidad?
(comunidad rural, urbano-industrial, urbana de servicios, etc.).
Las respuestas a estas y otras
preguntas ayudan a entender las características de la comunidad educativa. Así
es posible evaluar junto al equipo docente las reales posibilidades de los
padres de apoyar el aprendizaje de sus hijos. Este conocimiento permite ir más
allá de la mirada externa sobre lo que las familias no hacen y comprender qué
cosas sí pueden hacer.
Así, aun cuando los padres tengan un nivel
educativo bajo, una situación laboral precaria, etc., sí pueden colaborar
marcando horarios, ayudando en los hábitos, preguntando por la escuela,
alentando el estudio, etc. Conocer a las familias permite entender, y asumir,
las reales posibilidades de poner el cuerpo e involucrarse en la educación de
sus hijos; permite detectar necesidades o carencias que en ocasiones el equipo
directivo puede contribuir a resolver; así como también permite comprender
cuáles son los sueños, esperanzas y deseos que las familias tienen respecto de
la educación de sus hijos.
BIBLIOGRAFIA
CONSULTADA:
Brener, G. 2007. Testimonio para pasar la
posta. Buenos Aires: Centro de Pedagogías de Anticipación, Gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires. Frigerio, G., Poggi, M., Tiramonti, G. y Aguerrondo, I.
1996. Las instituciones educativas, cara y ceca: elementos para su comprensión
y Las instituciones educativas, cara y ceca elementos para su gestión. Buenos
Aires: Troquel. IIPE-UNESCO. 2004. Directores en acción. Módulos de formación
en competencias para la gestion escolar en contextos de pobreza (volúmenes 1 y
2). Buenos Aires: IIPE UNESCO. Krichesky, M. 2006. Escuela y comunidad:
desafíos para la inclusión educativa. Buenos Aires: Ministerio de Educación,
Ciencia y Tecnología de la Nación. Ministerio de Educación de la Nación. s.f.
Programa Nacional Educación Solidaria. Disponible en
http://portal.educacion.gov.ar/secundaria/programas/educacionsolidaria/. Fecha
de acceso: febrero de 2015. Narodowski, M. 2001. "Hacia una nueva alianza
entre escuela y familia". Diario Clarín, 18 de enero. Tapia, M. N. 2006.
Aprendizaje y servicio solidario en la escuela y las organizaciones juveniles.
Buenos aires: Ciudad Nueva. Tenti Fanfani, E. 2004. "Notas sobre escuela y
comunidad". Documento presentado en el seminario internacional
"Alianzas e innovaciones en proyectos educativos de desarrollo
local". Reflexiones sobre la iniciativa Comunidad de Aprendizaje. Buenos
Aires: IIPE-UNESCO
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