SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



miércoles, 9 de mayo de 2018

CAMBIO Climático: Reconocer que en tu territorio el 80% de los residuos de envases van directamente a ríos mares y océanos..

Cada vez tenemos más evidencias del impacto de los plásticos de usar y tirar sobre nuestra salud, la de los ecosistemas del planeta en que habitamos y nuestro modelo económico y social. Y cada vez es más urgente buscar alternativas a su utilización.
Dejar de usar plastifico es salvar nuestras vidas y la del planeta. La imagen de arriba es producida por nuestro consumo de la imagen de abajo.

Una creciente conciencia global contra la que la industria tiene en marcha una potente estrategia de desinformación: mentiras, medias verdades, publicidad, propaganda… que afectan a los procesos de toma de decisiones y condicionan las medidas que se aplican para seguir manteniendo su modelo de negocio.
Así, la campaña de la Asociación de Investigación de Materiales Plásticos y Conexas (AIMPLAS), también conocido como el Instituto Tecnológico del Plástico, nos pide que no culpemos al plástico y trata de trasladar a los ciudadanos las responsabilidades que las decisiones de quienes utilizan plásticos de usar y tirar en sus modelos de negocio. Más desinformación para distraer la atención sobre el impacto y los problemas ambientales, sociales y económicos que el los plásticos de usar y tirar causan a todas las personas que habitamos este planeta.

Desde que empezamos a utilizar plástico, hace 65 años, hemos empleado unas 8.000 millones de toneladas métricas de las cuales 5.700 se han convertido en residuos. Un 79%, 4.900 millones de toneladas están abandonadas en la naturaleza o depositadas en vertederos. El 12%, 800 millones de toneladas han sido incineradas y solo un 9%, 600 millones de toneladas, se han reciclado.
La humanidad utiliza los plásticos como material resistente a distintos procesos naturales y, sobre todo, por ser un producto artificial. Las formas de vida presentes en nuestro planeta no han conocido el plástico hasta que los seres humanos han empezado a fabricarlo y abandonarlo en la naturaleza. Salvo algún caso puntual (y poco significativo en relación a los 8.000 millones de toneladas producidos), no hay seres vivos capaces de atacar a los plásticos o incorporarlos a sus procesos metabólicos.

El resultado es que el plástico se va degradando en partículas cada vez más pequeñas que dejamos de ver a simple vista, dando lugar a microplásticos que se acumulan en los ecosistemas y se incorporan en seres vivos que los acumulan en sus organismos hasta que llegan a nuestra dieta. Por el camino se agrupan en feas y peligrosas islas de basura flotante, que cada vez acumulan más plástico en el océano, o generan sufrimiento y acaban con la vida de quienes los confunden con su alimento.

El propio sector del envase de usar y tirar. Gasta mucho dinero en convencernos de que el reciclaje es la solución. Tanto que tiene a su disposición profesionales, medios, empresas y asociaciones dispuestas a bailar al son que toque. La desinformación es absoluta y llega a todos los niveles.
Las industrias del plástico y del envase de usar y tirar están aprovechando la situación precaria del periodismo ambiental, del asociacionismo conservacionista, de los profesionales de la educación ambiental… para imponer un modelo de consumo insostenible.
Han instalado en el imaginario colectivo, por ejemplo, que estamos reciclando cerca del 80% de los residuos de envases. ¿Cómo llegamos a esa cifra si, por ejemplo, en en el mejor de los casos 28,39% de los envases ligeros se depositan en bolsa amarilla? Son datos publicados en la Estrategia de Gestión Sostenible de los Residuos de la Comunidad que estos días está en información pública. Pero que no aparecen en los medios de comunicación.
Contra estas cifras, que sitúan el reciclaje de envases en datos cercanos al 80%, tenemos los datos públicos oficiales comentados anteriormente y estudios independientes que sugieren que el reciclaje está por debajo del 30% y cercanas al 20%.
También cabría mencionar a los responsables de la gestión. Desde sus cargos políticos, empeñados en llegar tarde y mal a cualquier moda, en vez de utilizar los recursos tecnológicos y de comunicación para cumplir una función social, fomentar la participación en los procesos de toma de decisiones, la transparencia y el acceso a los datos o la divulgación de información oficial, se dejan deslumbrar por las estrategias de propaganda de la industria y se entregan a sus intereses. Y lo entiendo, debe ser muy triste reconocer que en tu territorio el 80% de los residuos de envases van directamente a los ríos, mares y océanos.

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