SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



viernes, 4 de mayo de 2018

CERO CONTAMINACIÓN: Bolsas biodegradables para mercados echas a partir de chala de maiz.

Estudiantes universitarios desarrollan el proyecto “Boltsiri”, que es un prototipo de una bolsa biodegradable hecha a partir de celulosa que se obtiene de desechos agroindustriales como la chala del maíz, con el objetivo de contribuir a revertir el deterioro ambiental.

Los estudiantes de Ingeniería en Biotecnología de la Facultad de Química de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) participan en el Premio Santander a la Innovación Empresarial 2018.
Mónica Citlali García García, alumna y participante en el proyecto, refirió que en Querétaro se utilizan alrededor de 140 mil toneladas de bolsas plásticas cada año, lo que en conjunto representa un grave impacto ambiental.

“Se estima también que dichos productos tardan entre 100 y 500 años en desintegrarse por completo, a diferencia de Boltsiri, cuyo tiempo de degradación es considerablemente menor”, refirió.
Recordó que con la aprobación del nuevo Reglamento de Protección Ambiental y Cambio Climático del Municipio de Querétaro, que entrará en vigor a partir del 1 de abril, se prohibirá el uso de bolsas plásticas en los comercios para el acarreo de productos.
Pensando que dicha regulación podría extenderse a lo largo del país y del mundo, señaló que esta es una opción ambiental viable, pues además es rentable en el mercado al considerar su proceso de elaboración, coincidieron los jóvenes.
“De ahí surge nuestra idea de crear una bolsa 100 por ciento biodegradable y que sea elaborada a partir de residuos agroindustriales para así reducir su costo con respecto a las que son hechas de plástico. Uno de los materiales que usamos en este proyecto es el olote de maíz”, añadió García García.

“Boltsiri” presenta propiedades mecánicas semejantes a las del plástico, siendo casi igual de resistente, pero sin presentar un riesgo para el medio ambiente. Además, gracias a la naturaleza de sus componentes puede ser considerada como comestible, por lo cual no generaría problemas por su ingesta accidental en animales.
Con el prototipo, los estudiantes de la Facultad de Química se inscribieron en el referido certamen organizado por la firma bancaria Santander, con cuyo premio esperarían desarrollar la producción a mayor escala de “Boltsiri”.
“Como ingenieros en Biotecnología tenemos el compromiso de diseñar productos que satisfagan las necesidades de las personas, pero que también ayuden a resolver problemas actuales como la contaminación”, expresó la universitaria.

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