Sepamos un poco del
amo de la Cordillera
de los Andes.
El CONDOR no es
cazador, y no tiene las fuertes garras que se necesitan para capturar y matar.
A diferencia del águila, no puede tomar un animal con sus patas. Vive hasta 70
años.
El Magazin de Merlo: El cóndor andino es considerado unas de las
aves más grandes y pesadas. Tiene una envergadura de alas que alcanza los 3,5 metros ; los machos,
más pesados que las hembras, pesan unos 11,5 kg . Alcanza a medir casi 1 metro , llega a la cintura
de un hombre.
Esta ave rapaz diurna pertenece a los catártidos de cabeza
y cuello desnudos, plumaje negro azulado, collar y espalda blancos, cola
pequeña y pies negros. Habita en los Andes y es la mayor de las aves voladoras.
El cóndor es el nombre común de dos grandes buitres americanos: el cóndor de
los Andes y el de California. Ambos se consideran entre los pájaros voladores
más grandes y pesados que existen. Su pelaje es negro como el hollín, con una
gran zona blanca en las alas. Ésta se localiza en la cara superior. Tiene una
cabeza desnuda de un color rojo pálido y los machos poseen en la frente una
cresta carnosa prominente.
El cuello y las patas poseen plumas para que no se les impregnen
de sangre cuando come. Un rasgo característico es su calvicie, que la obtiene
al meter la cabeza dentro del cuerpo de los animales. Y presenta un collar de
plumas blancas en el cuello. La diferencia entre el macho y la hembra es que el
macho tiene una carúpula (cresta),y la hembra tiene los ojos rojos. Por su función de carroñero es una pieza importante en el
equilibrio de los ecosistemas del que forma parte y es muy útil para la salud
de muchos animales, porque al consumir rápidamente los cadáveres elimina
fuentes de contacto de enfermedades o focos de contaminación. Por eso hay que
evitar su desaparición.
El descenso de
un cóndor hacia el suelo, alerta a los demás sobre la probable existencia de
alimento y así es que varios suelen congregarse sobre las carroñas. El cóndor
pasa la noche refugiado en cuevas en la montaña. Solamente aletean cuando no
hay viento y cuando van a despegar. Cuando si lo hay, planean y hacen una
aleteada de vez en cuando. Uno de los espectáculos más sorprendente de la Patagonia es ver el
altísimo y planeador vuelo del cóndor. (Es que usan las térmicas, corrientes de
aire caliente, que sumadas a su aerodinámica estructura alar, los hacen
ascender). El tamaño y la majestuosidad de esta ave llama la atención de los
observadores.
HABITAT: El cóndor
de los Andes se localiza a lo largo de toda la cadena montañosa de los Andes,
desde Venezuela y Colombia hasta el estrecho de Magallanes; y en ocasiones
llega a descender hasta las costas del Pacífico, a las colonias de aves
acuáticas, para alimentarse de sus huevos. Se alimenta de animales muertos que
halla cerca de su hábitat. Se alimenta de animales muertos, extrayendo primero
el corazón. Es carnívoro y carroñero. Y pueden aguantar días sin comer. En la Provincia de Mendoza, en
la estancia "Las Aguaditas", de una extensión de 2,500 hectáreas ,
los turistas e interesados pueden observar a los cóndores.
El nido está ubicado en lugares inaccesibles: en una grieta
o cueva en las rocas, no dedica tiempo a su construcción. La hembra pone generalmente un solo huevo color blanco, de
unos 10 cm .
de largo. La incubación dura alrededor de 55 días; el macho y la hembra se
turnan para dar calor al huevo. Los pichones, al nacer, son muy débiles y están
cubiertos por un plumón gris blanquecino. Los padres le dan de comer alimento
fácil de digerir, ablandado y entibiado en el buche. Estos permanecen más de un
año en el nido. La cría tarda 2 años en alcanzar su maduración total. Pone sus
huevos entre septiembre y octubre. Hace su nido en lugares pocos accesibles que
custodia celosamente debido a que su hábitat se ha modificado y los ejemplares
han disminuido notablemente.
El cóndor está en vías de extinción debido al avance del
hombre sobre sus territorios. En Mendoza
se lo está criando artificialmente; los huevos son colocados en incubadoras, y
una vez que nacen se lo alimenta a través de títeres que simulan a su madre. Pocas
aves pueden igualar al imponente cóndor, que vive 70 años (si el hombre lo
deja), desplegando su belleza por nuestra cordillera de los Andes.
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