A medida que se
acerca la sucesión de Cristina, la incógnita gira en torno a qué sucederá con
el voto massista: ¿ganará entre quienes eligieron al candidato del Frente
Renovador en la primera vuelta el rechazo al kirchnerismo y la cercanía con una
idea de cambio, o Mauricio Macri no logra seducir a los massistas en el
balotaje?
Lo
peor, para Scioli, ya pasó:
la primera semana luego de la ajustada victoria sobre Mauricio Macri terminó
con un discurso de la
Presidenta en el cual, sin nombrarlo, Cristina encolumnó a los kirchneristas detrás del
así llamado “modelo” y llamó a los sciolistas a seguir los
pasos del gobernador bonaerense. Lo mejor, para Macri, parece por el contrario
estar ocurriendo: el saliente jefe de gobierno porteño aprovechó esta semana para dar distintos tipos de
guiños hacia el votante aún indeciso, sostenido en la idea que
su propio frente electoral enuncia: “Cambiemos”. Sin embargo, a través de
algunos de sus alfiles, dejó entrever lo que el kirchnerismo está reclamando.
Daniel
Scioli: entre Cristina y la llamada “campaña sucia”: Scioli cimentó su retórica en un discurso cómodo
para el kirchnerismo: su estrategia se está centrando en señalar las potenciales consecuencias negativas de
un triunfo macrista. Desde los medios opositores al Gobierno,
calificaron a esta estrategia como “campaña sucia”.
Lo cierto es
que las declaraciones de Scioli se movieron en torno al neoliberalismo y el menemismo: acercar a
Macri a la década del 90, desde antes de las elecciones del 25, fue la
estrategia discursiva predilecta. Esta semana se intensificó, engrosando la
lista de acontecimientos que podrían suceder si Macri ganara: Tecnópolis cerraría, Julio de Vido
y Mariano Recalde resaltaron que podrían
haber despidos en el sector público y en Aerolíneas Argentinas.
Aniel Di Gregorio, vicerrector de la Universidad de San Martín, sugirió que se terminarían las becas para los estudiantes,
y los gremios cercanos al gobierno advirtieron sobre posibles recortes que podrían
afectar al sector trabajador. Hasta
Zamba, personaje de Paka Paka, advirtió sobre el posible cierre
de Tecnópolis: Uno de los puntos más marcados de la estrategia kirchnerista fue
el señalamiento de que María Eugenia Vidal, gobernadora electa de la Provincia de Buenos
Aires, cerraría el programa “Envión”.
Desde PRO lo desmintieron, en una danza de acusaciones cruzadas.
En cuanto a las
propuestas del candidato, resonó una de las pocas cuestiones concretas que mencionó
en la campaña: la intención de subir el piso del impuesto a la Ganancia y el 82 por
ciento móvil para los jubilados. Scioli habló ante sindicalistas para reforzar estas propuestas sobre
dichos reclamos.
La estrategia
quedó englobada, así, en las declaraciones de Cristina Kirchner el pasado
viernes: cerrar filas al interior del kirchnerismo, “olvidar” quién es el
candidato para abrazar la continuidad del kirchnerismo. Una buena estrategia
para terminar de convencer a los kirchneristas no sciolistas y de traer a los
sciolistas no kirchneristas a las urnas el próximo 22 de noviembre, o un arma
de doble filo que podría intensificar las diferencias al interior del partido.
Macri:
más acuerdos y un plan económico que asoma: La estrategia de Macri: ampliar el campo de acuerdos. Luego
de su giro discursivo, en plena campaña -había dicho de mantener YPF y
Aerolíneas cuando ganó Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad-, ahora Macri
sigue dando señales de acercamiento a actores que no han tenido mucho que ver
con su gestión de gobierno en la Ciudad. Esta vez fue el turno de Félix Díaz,
líder qom, en el acampe de la 9 de julio. Un gesto extraño a su estilo, siempre crítico de las
manifestaciones en las calles.
En cuanto a su
relación con el kirchnerismo,
Cambiemos viene denunciando ataques por parte del kirchnerismo.
Le atribuyen a Daniel Scioli haber contratado a Joao Santana, un brasilero
especialista en campañas sucias. La principal acusación hacia el oficialismo es
“querer instaurar el miedo en la población”, como afirmó Elisa Carrió junto a
otros referentes de Cambiemos. Macri dio, en lo económico, algunas señales para seducir al electorado aún indeciso:
habló de levantar el cepo, una medida que apunta a terminar con las
restricciones a las transacciones en moneda extranjera que desde hace años
rigen en el país, y que están en el epicentro de los reclamos de la clase media
y alta.
Pero la nota
más distintiva no la dio Macri, sino una figura fuerte de su equipo de
economía: Carlos Melconian,
quien aseguró "ya no se pueden
subir más sueldos y jubilaciones porque este gobierno se fumó
las reservas, las vacas y el trigo”, según sus propias palabras. Y reforzó la
idea de levantar las restricciones cambiarias. Una perspectiva que enfatiza la idea del kirchnerismo
en torno a los planes de Cambiemos de no focalizar en los sectores más bajos. Macri
se erigió, así, como el lider de un partido que tiene como principal estrategia
no atacar, sino resistir con un discurso que se muestra como estoico, al cual,
las balas kirchneristas no parecen pegarle.
Entre
el fuego cruzado y el color: a una semana y media de la definición: Los próximos días cobrarán relevancia a medida
que se acerque el balotaje del 22 de noviembre. Las redes sociales aportaron el
color, con una campaña en favor de Macri denominada “Bu” y en tono humorístico,
con las potenciales “catástrofes” para el país que una victoria de cambiemos
significaría.
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