Muchos
alimentos se pierden o desperdician a lo largo de toda la cadena alimentaria,
desde la producción agrícola hasta el consumo final en los hogares.
En países en desarrollo las mayores pérdidas de alimentos se dan en las primeras etapas de la cadena alimenticia, principalmente debido a problemas técnicos y de gestión para el almacenamiento, refrigeración y transporte; pero también, hay una gran cantidad de alimentos que se desperdician durante el consumo o que se tiran, incluso cuando aún están en buen estado, que es inaceptable.
Las pérdidas de alimentos conllevan
el desperdicio de recursos utilizados en la producción
como tierra, agua, energía e insumos, por lo que producir comida que no va a
consumirse supone emisiones innecesarias de CO2 que contribuyen al
calentamiento global y cambio climático.
¿Cuántos alimentos se pierden y desperdician
actualmente?
A nivel mundial, aproximadamente un tercio de las partes comestibles de los
alimentos producidos para el consumo humano se pierde o desperdicia, lo que
representa alrededor de 1.300 millones de
toneladas al año, lo que incluye el 30% de los cereales,
entre el 40 y el 50% de las raíces, frutas, hortalizas y semillas oleaginosas,
el 20% de la carne y productos lácteos y el 35 % de los pescados. Según datos
del Banco Mundial en América Latina la mayor pérdida de alimentos se da en los
eslabones de producción y consumo.
La Organización de las
Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO) estima que el 6% de las pérdidas mundiales de
alimentos se dan en América Latina y el Caribe y
cada año la región pierde o desperdicia alrededor del 15% de
sus alimentos disponibles. Con los alimentos que se pierden en la región sólo a
nivel de la venta se podría alimentar a más de 30 millones de personas (el
64% de quienes sufren hambre en la región).
Por
otro lado, según el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura
(IICA) se presentan altas
pérdidas en productos de alto consumo a nivel de hogares; por
ejemplo, en la Región Andina se pierden aproximadamente el 40% de papas y el
35% de los vegetales en Haití. La pérdida también es alta en productos de
exportación, en Ecuador hay pérdidas de bananos y en países del Caribe, se
pierden en mayor proporción las calabazas. Las principales causas de estas
pérdidas son la falta de equipo para conservar la cadena de frío e inadecuado
manejo y embalaje de los alimentos.
¿Qué hacer?
Propiciar inversiones en infraestructura y capital físico. La FAO y el IICA recomiendan mejorar la eficiencia de los sistemas alimentarios y la gobernanza sobre el tema mediante marcos normativos, inversión, incentivos y alianzas estratégicas entre el sector público y privado.
A nivel individual, como consumidores debemos de mejorar nuestro comportamiento, debemos ser más conscientes en la selección y compra de alimentos. Por ejemplo, no debemos dejarnos llevar por los “estándares estéticos” que imponen los supermercados, sino debemos de seleccionar y comprar frutas y vegetales que tengan “imperfecciones”. También, se recomienda planificar las compras y comprar solamente lo necesario para evitar que los alimentos caduquen por falta de uso o inadecuado almacenamiento. Otro cambio de conducta propuesto, es no preparar ni llenar el plato con más comida de la que se es capaz de consumir y si se tiene comida en buen estado que ya no se desea consumir, es aconsejable donarla.
Además de esos
comportamientos, debemos procurar modificar nuestra dieta a una más sostenible -para el
ambiente-, por ejemplo, limitar el
consumo de carne (la producción de
Procuremos disminuir al mínimo la pérdida y desperdicio de
alimentos, y sensibilicemos a otros sobre las implicaciones que las inadecuadas
prácticas de consumo tienen en el medio ambiente.
Pequeños cambios, hacen la diferencia. Es tiempo
de actuar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario