SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



sábado, 9 de julio de 2022

¿Cómo se trasladaron, alojaron y que comieron los congresales en 1816? ¡VIVA la PAPRIA, VIVA!


 

La mayoría de los congresales viajó en carretas, otros a caballos y mulas. Llamó la atención en Tucumán la llegada del general Belgrano en carruaje a principios de julio. El viaje desde Buenos Aires llevaba entre 20 y 25 días en galera o carreta. El estado de los caminos era paupérrimo y las condiciones eran extremas riesgosas para la salud o por el peligro de ataques de indios o de bandidos. Muchos de los congresales hicieron testamento antes de partir rumbo a Tucumán.



Obviamente, no había hoteles, sí alojamientos para viajeros pero no lo suficiente para hospedar a todos; los canónigos lo hicieron en Conventos, fray Justo Santa María de Oro en Lules con los jesuitas y fray Cayetano Rodríguez en casa del Obispo, el resto de los diputados se alojó en casas de familia y eventualmente en la Casa Histórica que contaba con algunos aposentos.




Se servía en las mesas carne asada, guisada, charqui y locro. El arroz era algo exótico, importado del oriente. El grano de maíz era demandado, también se consumía carne de paloma y perdices. El locro, la humita, la mazamorra y los pasteles de choclo eran clásicos de la gastronomía tucumana. Los dulces y mermeladas eran caseros, sobre todo con naranja y lima. Se consumía gran cantidad de tubérculos, hortalizas y frutas. Se bebía café, chocolate y mate. Para endulzar comidas y bebidas se empleaba miel de abeja y de caña y azúcar cuya industria era incipiente para 1816.

No hay comentarios:

Publicar un comentario