Un
informe de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos revela un fuerte deterioro
interanual en la relación insumo-producto para trigo, maíz y, especialmente,
arroz. Influyen los menores precios de los granos y el repunte internacional
del valor de la urea.
La ecuación
económica para los productores muestra tensiones en el inicio de la campaña 2025/26.
Según un informe de la Bolsa de Cereales
de Entre Ríos, la relación insumo-producto entre la urea y
los principales granos de la provincia (trigo, maíz y arroz largo fino) sufrió un
deterioro marcado respecto del año anterior.
El resultado es contundente: hoy se requiere mucho más grano que el año pasado para comprar la misma
cantidad de fertilizante.
El caso más extremo es el del arroz,
donde la relación se desplomó
al punto de que el productor debe triplicar la cantidad de grano para acceder a
una tonelada de urea. Pero el trigo y el maíz tampoco escaparon al escenario
adverso, con
deterioros del 21% y 17,7%, respectivamente.
LOS NÚMEROS DE LOS FERTILIZANTES
El análisis combina dos dinámicas que jugaron en dirección opuesta a los
productores. Por un lado, la persistente baja en los precios de los
granos: el trigo opera en
mínimos desde 2020 y el arroz largo fino registra una caída interanual del 50%
desde octubre de 2024.
Por el otro, la urea atravesó un año de fuerte volatilidad. Tras un descenso del 27% en el primer trimestre de
2024 y una estabilización en torno a los US$ 550 por tonelada, el mercado
ingresó en una nueva fase alcista.
El conflicto bélico
entre Israel e Irán impulsó
un incremento sostenido hasta alcanzar un pico anual de US$ 635 en agosto
—justo en la ventana crítica de siembra de maíz—. Recién en septiembre comenzó
una baja que continuó hasta finales de octubre, aunque con un reciente repunte
internacional del 2%.
ARROZ Y TRIGO: RELACIÓN CRÍTICA
En el cultivo arrocero, el desplome de precios generó un deterioro
histórico. Mientras en la
campaña pasada se necesitaban 1,4 toneladas de arroz para adquirir una tonelada
de urea, hoy se requieren 4,2 toneladas. La caída del poder de compra alcanza el 200%, lo que coloca al cultivo
en una zona de alta fragilidad económica.
En trigo, la baja del precio del cereal
determinó que el productor necesitara 2,87 toneladas en la siembra de junio,
frente a las 2,37 del ciclo 2024/25. En maíz, la relación trepó de 2,93 a 3,45 toneladas. Aquí el factor decisivo fue el
salto del 11% en el precio de la urea a fines de agosto, justo previo a la
siembra del cereal.
Con la baja
posterior del fertilizante, las relaciones se acomodaron levemente: hoy se
necesitan 3,05 toneladas de maíz y 3 toneladas de trigo para comprar una
tonelada de urea.
UN ESCENARIO A MONITOREAR
La Bolsa advierte que el reciente repunte de la urea —3% en
importaciones argentinas durante la última semana de octubre— puede volver a
tensionar la ecuación.
En un contexto
en el que los márgenes ya lucen ajustados para trigo y maíz, y directamente
críticos para arroz, cualquier suba adicional del
fertilizante eleva los rindes de indiferencia y compromete la rentabilidad.
El informe concluye
que la evolución del precio del fertilizante será clave para definir las
decisiones comerciales y tecnológicas de los productores entrerrianos en los
próximos meses.



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