Después de convertirse en el mayor consumidor de energía del planeta, China quiere que tal circunstancia no suponga (en la medida de sus posibilidades económicas y sociales, se entiende) que la producción de sus fábricas produzca una contaminación excesiva.
Así, el Ministerio de Industria chino ha publicado una lista de más de dos mil fábricas que deberán cerrar por considerarse energéticamente ineficientes. Esta acción se enmarca en un plan de reestructuración económica que pretende, entre otros objetivos, recortar el gasto energético. La lista de empresas, todas ellas privadas, deberán cerrar sus puertas antes del próximo 30 de septiembre e incluye 762 cementeras, 279 papeleras, 175 de acero y 84 de cuero.
En caso de no producirse el cierre voluntario de las mismas, el gobierno procederá a restringir su acceso al crédito, derogar licencias de exportación y cortar el suministro de electricidad. Con medidas como esta, el gobierno pretende cumplir el objetivo de reducir para 2010 en un 20% el consumo energético del país respecto a 2005 para cada unidad de producción, según está estipulado en el presente plan quinquenal.
La preocupación del gobierno por mejorar las condiciones medioambientales se une a la de conseguir que una producción más racional y, en consecuencia, una economía más eficiente desde el punto de vista técnico y competitiva en el ámbito internacional.
Li Yizhong, ministro de Industria del gigante asiático, declaró que estas fábricas “obsoletas consumen mucha energía, contaminan el medio ambiente y tienen riesgos de seguridad. También son la causa de la baja calidad, la ineficiencia y la baja competitividad de nuestra economía”. Li afirmó que, con estas medidas, China, el mayor emisor mundial de dióxido de carbono, mejorará su estructura industrial y su productividad.
No será la única medida que adopte China para combatir el cambio climático. También pretende reducir su dependencia del exterior en combustibles y está instalando en el país paneles solares producidos allí. Muchos países importadores de energía a China tendrán que revisar sus políticas.
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