Se acerca el verano y las dietas comienzan, ¡¡CUIDADO!! Existen innumerables casos que demuestran que produce DEPRESIÓN.

Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Montrealaconsejan ser cuidadosos al iniciar una dieta, porque podrían ocasionar depresión o empeorar los síntomas. Al privarte de ciertos nutrientes para eliminar calorías podrías lograr un cuerpo más delgado, pero tu cerebro lo va a resentir.

Las deficiencias de vitamina C, D, E, así como el ácido fólico, niacina, tiamina, hierro, zinc, ácidos grasos omega-3, afectan el cerebro. Reducen los niveles de dopamina que generan la sensación de felicidad, predisponiéndote a depresión”

Debido a que la depresión se relaciona con las deficiencias de nutrientes y a cambios nutricionales repentinos, los investigadores recomiendan no saltarse las comidas, ya que estarías provocando un desequilibrio de azúcar en la sangre.

También advierten moderar el consumo de hidratos de carbono, al restringirlos o eliminarlos de tu dieta reduces los niveles de serotonina que es un regulador de tu estado de ánimo y sueño, su carencia está vinculada a la depresión. Evita el consumo de cafeína, azúcar o alimentos grasos en exceso por la noche.

Antes de someterte a una dieta, es importante que consultes a un nutriólogo, quien te dará el balance en tu alimentación. Recuerda que el cambio de malos hábitos alimenticios a los buenos debe ser un proceso gradual.

Al regular el consumo de azúcares y grasas reduces los cambios químicos en el cerebro que te ayudan a tener un buen estado de ánimo.

Los investigadores aconsejan pasar de una dieta alta en grasas y azúcares por una más saludable que aporte vitaminas y minerales.

Una alimentación saludables deben mantener, un equilibrio entre proteínas, grasa, carbohidratos.

Incluye frutas, verduras, granos enteros, semillas y pescado para una mejor salud mental, ya que ayudan a regular las emociones y la cognición.

La Organización Mundial de la Salud indica que la depresión afecta a más de 350 millones de personas en el mundo. Impacta la actividad cerebral, provocando tristeza, desinterés y gusto por la vida. También afecta el peso, roba energía, causa problemas para dormir e ideas suicidas.