La palabra «argentina» proviene del latín argentum (plata), y en el idioma
español comenzó a utilizarse primero como un latinismo y adjetivo poético (hay documento de 1587 en que así se
lo utiliza). Desde las épocas de Pedro de Mendoza para referirse a la región del Río de la Plata, se usaba a veces la frase "río argentino", o la
frase "provincia argentina", para referirse a la región. (en un mapa
portugués de 1554 se refieren a la región como "Terra Argentea").
Se agregó además un nuevo
artículo, el número 35, que dice: “Las denominaciones adoptadas sucesivamente
desde 1810 hasta el presente, a saber, Provincias Unidas del Río de la Plata , República Argentina,
Confederación Argentina, serán en adelante nombres oficiales indistintos para
la designación del gobierno y territorio de las provincias, empleándose las
palabras Nación Argentina en la formación y sanción de las Leyes”.
Mapa de 1860 |
El 8 de octubre de 1860 en la ciudad de
Paraná, el presidente Derqui decretó que “siendo conveniente a este respecto
establecer la uniformidad en los actos administrativos, el Gobierno ha venido a
acordar que para todos estos actos se use la denominación República Argentina”.
Desde 1860 el General Mitre utilizó el
nombre de Presidente de la República Argentina , quedando fijado desde
entonces definitivamente el nombre con el que se reconocería mundialmente a
este Estado soberano.
Está claro que en español la palabra
“argentina” en sus orígenes era un latinismo que se usaba como adjetivo poético
y también como sustantivo para designar a Buenos Aires o una imprecisa región
que abarcaba esta provincia y otras del sud de nuestro continente.
Durante el proceso independentista que
pusieron en marcha los patriotas prefirieron designar el país que estaban
ayudando a nacer como Provincias del Río de la Plata o Provincias Unidas en Sud América.
Nominaciones que expresaban claramente la voluntad política de contener dentro
del nuevo Estado a las provincias que integraban hasta hace poco el Virreinato
de Río de la Plata
como también la intención de ampliar, de ser posible, esos antiguos límites a
toda la extensión de Sudamérica.
Sin embargo ese proyecto fue derrotado por
las disensiones internas y la acción de los enemigos. Entonces la palabra que
había sido adjetivo poético, y luego sustantivo que designaba una región, por
decisión política se convirtió en el nombre oficial de nuestro país.
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