Cada
año tiene lugar un evento anual de ciclones tropicales, conocido como la
temporada de huracanes, la cual en el Océano Pacífico
inicia hoy, según Centro Nacional de Huracanes de Estados
Unidos (NHC, por sus siglas en inglés), y termina hasta el
30 de noviembre.
Para este año, la afluencia de ciclones será
sumamente activa en el Océano Pacífico. De acuerdo con la Comisión Nacional de
Agua (Conagua), se estiman 19 fenómenos
hidrometeorológicos en esa zona, los cuales contemplan ocho
tormentas tropicales, cinco huracanes categoría uno o dos y
seis de categoría tres, cuatro o cinco.
No obstante, la Organización Meteorológica Mundial pronosticó, al menos, 24 huracanes en el Pacífico. Estas
variaciones son relativamente normales. El año pasado se habían pronosticado 18, pero se presentaron 21 huracanes. Según
expertos en el tema, el aumento en el número de estos fenómenos se debe al
incremento en la temperatura de los océanos a nivel mundial.
En el caso del Océano Atlántico,
la temporada de huracanes iniciará
hasta el 1 de junio y se pronostican 14 fenómenos hidrometeorológicos, seis serán
tormentas tropicales, cinco huracanes categoría uno o dos y otros tres de
categoría tres, cuatro o cinco. Su
final también será el 30 de noviembre.
Para
esta temporada, además, se prevé que se incremente la intensidad de las lluvias
debido al fenómeno de la Niña, el cual se
caracteriza por una fase fría en el clima donde convergen factores como
temperatura y vientos.
En México, debido a la experiencia con huracanes
como Willa o Patricia, los cuales tuvieron consecuencias catastróficas para el
país, la cultura de prevención cada vez está más
arraigada. En este contexto, personal de Protección Civil
en los puntos más riesgosos del país y así preparar a la
población para esta temporada.
Algunas de las recomendaciones de Protección Civil
son proteger vidrios con cintas adhesivas en forma de
cruz, limpiar azoteas, desagües, canales y coladeras, almacenar alimentos y
agua potable, además de tener siempre a la mano artículos
de emergencia como lámparas y radios.
Un huracán se puede definir como tal cuando alcanza vientos sostenidos de 120 kilómetros por hora o más, según
el Servicio Meteorológico de Estados Unidos. Y la escala en que se miden estos
fenómenos es la Saffir-Simpson, la cual estima el
daño potencial que podría producir el huracán y va de las
categorías 1 a
5.
Por su parte, funcionarios de la Comisión Federal de Electricidad (CFE)
declararon al organismo preparado para hacer frente a los posibles daños a la infraestructura y
restablecer el servicio a los usuarios, ya que después de un fenómeno de esta clase, el tiempo
promedio para esta tarea es de entre tres y cuatro días.
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