Aunque
el biogás se ha convertido en una pieza fundamental para la gestión de residuos
en los establecimientos ganaderos, pocas de las miles de granjas de escala
pequeña o mediana pueden invertir para convertir estos desechos en combustible
renovable.
El biogás producido a partir de la
descomposición de la materia orgánica contiene aproximadamente 60% de metano,
lo que lo convierte en una valiosa fuente renovable de gas natural. Pero el 40%
restante está constituido principalmente por dióxido de carbono que limita su
uso como combustible en muchas aplicaciones.
Los
métodos más populares para eliminar el CO2 y las otras impurezas se basan en el
lavado con agua y la separación criogénica, que suelen ser demasiado caros o
poco prácticos para cuando se produce biogás a baja o mediana escala, como es
el caso de los digestores de estiércol en las granjas lecheras.
Un
grupo de investigadores del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore de EEUU,
liderados por Sarah E. Baker, han abordado esta necesidad desarrollando un
nuevo absorbente de bajo costo a partir de dos compuestos familiares: carbonato
de sodio (también conocido como bicarbonato de sodio) y silicona.
Hace
aproximadamente 5 años, Baker y sus colegas informaron que las microcápsulas de
una solución de carbonato de sodio encapsulada en silicona, un material
altamente permeable a los gases, podían absorber CO2 de manera muy eficiente.
El CO2 reacciona con la solución básica de carbonato de sodio para formar
bicarbonato. Pero las microcápsulas, que se asemejan a pequeños huevos de
pescado, no se pueden fabricar fácilmente en grandes cantidades.
Las
pruebas mostraron que el material produjo una corriente de gas con una pureza
de metano de 99% a partir de biogás recogido de una planta de tratamiento de
aguas residuales. Luego de su saturación, el absorbente puede regenerarse con
un proceso de extracción de aire de baja energía, lo que aumenta su eficiencia.
El
material es de bajo costo, tolerante al agua y no tóxico, y puede absorber CO2
a presiones y temperaturas cercanas al ambiente, lo que significa que el
proceso usa relativamente poca energía, dice el autor principal del estudio,
Maxwell Murialdo.
Baker
y sus colegas estiman que este método de depuración de biogás tendría un costo
estimado de entre U$S
«Se
necesita mucha superficie cada vez que se intenta separar el gas por reacción»,
dice Alissa Park, ingeniera química de la Universidad de Columbia. «Al imprimir
este material con alta resolución se pueden crear una gran superficie porosa,
lo que reduce la necesidad de alta presión en el sistema logrando que sea más
eficiente».
Ahora
que el material ha demostrado ser efectivo y económico, el equipo se ha
asociado con Southern California Gas Company (SoCal Gas) para fabricar
dispositivos prototipos de mayor tamaño para probarlos en el campo. SoCal Gas
es una empresa de servicios de gas natural que sirve a más de 21 millones de
personas.
Fuente: Bioeconomía
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