La Niña anterior
ocurrió durante el invierno de 2020-2021 y con anterioridad, entre 2017 y 2018.
La Niña está de vuelta por segundo año
consecutivo.
La Administración
Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) de Estados
Unidos anunció el jueves que el fenómeno climático responsable de crudos
inviernos y grandes sequías en todo el mundo ha llegado nuevamente y hará
sentir sus efectos por varios meses.
Según la NOAA, tras
un periodo de relativo equilibrio atmosférico desde inicios de año, La Niña se
intensificará durante las próximas semanas y no comenzará a debilitarse hasta la
primavera de 2022, lo que puede tener un impacto en las lluvias, el final de la
temporada de huracanes y la intensidad del próximo invierno boreal.
"Las
condiciones de La Niña se han desarrollado y se
espera que continúen con un 87% de probabilidad entre diciembre de 2021 y
febrero de 2022", indicó la agencia.
De acuerdo con el comunicado, los expertos comenzaron a
notar que el evento climático se aproximaba en el último mes, cuando detectaron
varios factores que apuntaban a su desarrollo entre ellos:
- temperaturas de la superficie del mar por debajo del promedio
en el Pacífico ecuatorial
- anomalías
térmicas en la mayor parte del Océano Pacífico central y oriental
- anomalías en
vientos del este en niveles bajos y en los vientos del oeste en los
niveles superiores de la atmósfera.
Aunque generalmente
los signos de su activación comienzan a detectarse en el verano boreal, ahora,
como ocurrió en 2017, La Niña comenzó a manifestarse entrado el otoño.
"Nuestros
científicos han estado rastreando el desarrollo potencial de La Niña desde este
verano, y fue un factor en el pronóstico de la temporada de huracanes por
encima de lo normal que hemos visto desarrollarse", dijo Mike Halpert,
subdirector del Centro de Predicción del Clima de la NOAA.
Pero ¿qué es la Niña
y cómo afecta al clima de nuestro planeta y a América Latina?
La
Niña
Para entender qué es
La Niña es preciso explicar el fenómeno más general en el que se engloba: el
llamado evento ENOS o El Niño-Oscilación
del Sur.
El Niño es un patrón
climático que causa un debilitamiento de los vientos alisios en el hemisferio
sur del Pacífico.
Esos vientos, cuando
son normales, arrastran las aguas superficiales desde las costas hacia el
océano y esto provoca que las aguas frías de las profundidades surjan allí.
Esa agua fría es lo normal en la zona
ecuatorial de la costa de Sudamérica.
Cuando esos vientos
alisios se debilitan cesa ese proceso, al agua caliente se acumula y se produce
un aumento de la superficie del mar en la costa de Perú y Ecuador,
principalmente.
Ahora bien, cuando
los alisios son muy fuertes y se refuerza la subida de esa agua fría en la zona
ecuatorial y la temperatura del mar está por debajo de lo normal, comienza a
manifestarse el fenómeno de La Niña,
que viene a ser un patrón climático opuesto a las condiciones de El Niño.
Generalmente, entre
las dos fases, ocurre un periodo llamado "zona
neutra" (en la que nos encontrábamos hasta hace poco) en la que
ninguno de los dos eventos están notablemente activos y las temperaturas están
sobre el promedio.
¿Cuáles
son sus efectos?
Los efectos de La
Niña y el Niño, que van desde sequías a inundaciones, de lluvias intensas a
huracanes, dependen siempre de la zona de la oscilación: puede producir
indistintamente sequías en Latinoamérica, nevadas intensas en la zona norte de
Estados Unidos o sequías en Australia o en las islas del Pacífico.
Y aunque siguen
patrones, esto no implica que cada vez que se activen las condiciones se
manifiesten de la misma manera: ningún evento de La Niña es como otro.
Aunque los
pronósticos más certeros para la actual temporada se conocerán a finales de
este mes, la NOAA y otras organizaciones meteorológicas de América Latina
prevén "una La Niña de intensidad moderada".
Esto, sin embargo, no predice por sí mismo las condiciones en las que se manifestará dado que datos históricos revelan que ha habido casos de sequías más severas en eventos débiles o moderados de La Niña que en eventos fuertes a intensos.
En años anteriores,
el fenómeno se ha manifestado muy débil, aunque desde 2020 se comenzaron a
experimentar síntomas de un potencial fortalecimiento como fue la larga
temporada de huracanes del Atlántico, condiciones de sequía en América del Sur
y fuertes lluvias en Centroamérica y el norte de Suramérica.
Cómo
afectará a América Latina
Generalmente, La
Niña se manifiesta en dos formas totalmente diferentes en América Latina:
lluvias intensas y abundantes, aumento del caudal de los ríos y posteriores
inundaciones en Colombia, Ecuador y el norte de Brasil; y en condiciones de
sequía en Perú, Bolivia, el sur de Brasil, Argentina y Chile.
Varios de estos
últimos países viven desde el pasado año una intensa sequía, que ha afectado
los cultivos, ha secado ríos e impactado la generación hidroeléctrica.
Ahora se teme que La
Niña retrase aún más la temporada de lluvias en el Cono Sur y haga de 2022 un
año aún más seco.
Mientras, en el
noreste de América del Sur han ocurridos deslaves en varios países y en otros,
como en Colombia, las represas se encuentran en un 86% de capacidad, casi el
doble de los niveles de hace un año, lo que es considerado históricamente alto.
La NOAA ha señalado que La Niña puede influir
en los últimos meses de la actual temporada ciclónica en el Atlántico, que ha
sido particularmente activa.
En México, las
autoridades meteorológicas indicaron que una nueva activación del evento podría
traducirse en una extensión del periodo de lluvias hasta finales de noviembre,
así como precipitaciones intensas en algunas partes del país en las que no son
frecuentes y luego, un invierno más seco.
En Centroamérica,
por su parte, el Comité Regional de Recursos Hidráulicos había pronosticado
desde el verano que La Niña podría traer a la región "condiciones más lluviosas
que lo normal", principalmente en la frontera de México con Guatemala, el
sur de El Salvador; la parte central de Honduras y en el Pacífico de Costa Rica
y Panamá.
La Niña anterior ocurrió durante el invierno de
2020-2021 y con anterioridad, entre 2017 y 2018.
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