Los
argentinos somos más de lo que se esperaba. En base al censo de 2010, el Indec tiene una estimación de la población,
año por año, provincia por provincia, a partir de la cual se hizo, por ejemplo,
la distribución de vacunas. Esa estimación, para julio de 2022, establecía que
los argentinos seríamos 46.234.830 habitantes. Pero el censo del miércoles
pasado -aunque la cifra es provisoria- nos contó 47.327.407. ¿Qué sucedió para que hubiera un millón más de argentinos que
lo previsto?
El doctor en Geografía, Pablo
Paolasso, investigador del Conicet en materia de Población y Hábitat, esboza
varias hipótesis. Una de ellas -la principal- es que la política de ingresos
del peronismo, en especial la Asignación Universal por Hijo (AUH), es una
política pro-natalista, así como lo fue anteriormente el peronismo con otras
políticas como el salario familiar.
En paralelo, por supuesto que hay un proceso de envejecimiento de la población gracias al aumento de la expectativa de vida y al paulatino descenso en la fecundidad que se viene produciendo desde la década de 1990. Paolasso menciona, sobre todo, que las provincias del norte, las de menos recursos, han recortado la diferencia: antes un niño del norte nacía con cuatro años menos de probabilidad de vida que un niño porteño. Ahora es de dos.
Otra cuestión
llamativa es la marcada diferencia que existe en la Argentina entre la
población de mujeres (casi 53 por ciento) y hombres (47 por ciento). Es más que
en otras latitudes.
El diálogo con el profesor de Geografía permite abordar varios temas,
siempre tomando en cuenta que los datos presentados el jueves por el Indec, son
provisorios. Lo definitivo estará dentro de los próximos 90 días. La Argentina
está en el medio de la tabla de crecimiento de la población, salvo CABA que
desde hace décadas se mantiene estable, no crece. Pero el país es de los de
menor crecimiento en América Latina, aunque ese proceso se está
igualando.
De todas maneras, estamos lejísimos de los parámetros europeos. Por
ejemplo, España, que tiene 47 millones de habitantes como la Argentina, en 12
años creció 1.370.000 habitantes y la Argentina creció más de siete millones
desde 2010. “Hoy, las poblaciones decrecen en España, Francia o Alemania. Sólo
la inmigración compensa”, redondea el doctor en Geografía.
Técnicamente hablando se menciona la Tasa de Reemplazo, es decir que
cada mujer tiene que tener, en promedio, dos hijos para que el nivel
poblacional se mantenga. CABA tiene un índice de fecundidad que está muy por
debajo de dos, de manera que tiende a decrecer. Las nueve provincias del norte
-señala Paolasso, que vive y es profesor en Tucumán- cuentan todavía con un
excedente. “Hasta hace unas décadas, las mujeres del norte tenían seis hijos en
promedio, muy lejos de los tres que tenía una mujer en el área metropolitana.
Todo eso cambió”.
El envejecimiento de la
población
“Está claro que existe un proceso de envejecimiento de la población
-señala Paolasso-, lo que significa que tenemos enormes franjas de mayores a 65
años. El problema ahí es que no tenemos infraestructura preparada para esa
situación. Ni sanitaria ni de transporte adecuado ni de viviendas. Por supuesto
que parte de la explicación de un crecimiento de la población tiene que ver con
que la expectativa de vida aumentó, es decir a un ritmo mayor que el que surgía
del censo de 2010. Pero eso estaba dentro de lo esperable y calculado”.
Paolasso menciona que un niño que nace hoy en Tucumán tiene una
expectativa de vida que es de dos años menos que un niño que nace en la región
pampeana. Pero esa diferencia era mayor y se viene acotando. “La mortalidad
infantil era el doble en el norte argentino comparado con la región pampeana.
Ahora se están acercando los índices”
Mujeres primero, lejos
Un dato que al mismo tiempo es un interrogante es la gran diferencia
entre la cantidad de hombres y mujeres que se verifica en la Argentina. En
España es 51 por ciento mujeres, 49 por ciento hombres. En la Argentina, en
base al dato provisorio publicado por el Indec, la diferencia es casi del
triple: 53 por ciento mujeres, 47 por ciento hombres.
¿Significa que veremos también
otro tipo de familias? Por ejemplo, ¿se reducen mucho las familias-tipo de
papá-mamá y dos hijos?
-Sin dudas veremos muchas más familias monoparentales, o sea un solo
adulto y uno o dos hijos. Y diría que en la mayoría de los casos el adulto es
una mujer. Esto tiene que ver con lo que se conoce como segunda transición
demográfica, lo cual implica un cambio en las estructuras familiares
asociado a un cambio en los niveles de fecundidad. O sea, dos características:
madre sola y pocos miembros. Y aquí nuevamente me da la impresión que no
estamos para nada preparados. Por ejemplo, no tenemos viviendas suficientes
para esta nueva estructura familiar.
Queda ahora esperar los números definitivos y sobre todo más completos
de los resultados del censo. Como ya adelantaron en Página/12 el director técnico del Indec, Pedro
Ignacio Lines y la directora de Población, Gladys Margarita Massé, es indudable
que habrá más familias monoparentales, más familias ensambladas y más familias
no-nucleares, que es cuando los niños no viven con sus padres, sino, por
ejemplo, con sus abuelos. Los datos definitivos empezarán a conocerse dentro de
tres meses.
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