James William Sidis se convirtió en una leyenda por poseer uno de los coeficientes
más elevados jamás tasados: 320. El dato es mucho más
increíble si tenemos en cuenta que el científico mundialmente más conocido,
Albert Einstein, tenía 160. Según el ranking de la Emory University de
Coeficientes/Cocientes Intelectuales (IQ) sólidamente establecidos, el campeón
mundial de ajedrez, Bobby Fischer poseía 187 puntos, Galileo Galilei,
185 y Mozart o Charles Darwin,
165. El coeficiente de una persona adulta con una inteligencia media es de
90 a 110. Una persona por encima de la media mide de 111 a 120. Una persona
dotada (el 6 por ciento de la población mundial) oscila entre 121 y 130.
De familia judía americana de Ucrania:
Pero, ¿quién era el hombre
más inteligente de la historia y cómo fue su vida? William James Sidis era hijo de padres inmigrantes
ucranianos y judíos. Nació el 1 de abril de 1898 en Nueva York. Su padre, Boris Sidis, médico psiquiatra y filósofo, emigró en
1887 para huir de la persecución política de su país de origen. La familia de su
madre, Sarah Mandelbaun, (licenciada en medicina), había huido
en 1889 de los pogromos rusos contra los judíos.
Su madre, Sarah se graduó en
Medicina en la Universidad de Boston y fue allí donde conoció a Boris Sidis,
médico psiquiatra y filósofo. El padre de Siris publicó numerosos libros y
artículos destacando en la especialidad en psicología anormal. Años antes en su
tierra natal, Ucrania, estuvo en prisión acusado de “enseñar a los campesinos a
leer”. La policía zarista lo interrogó y lo torturó por lo que decidió emigrar
después a los Estados Unidos, huyendo de esa persecución política.
Los padres de William se pusieron el arriesgado objetivo
de tener un hijo y estimularlo
para que fuera una especie de genio fundamentando las
prácticas para lograrlo en determinadas teorías pedagógicas que el coeficiente intelectual de su hijo.
Entre los 4 y 8 años William James Sidis
escribe dos libros de anatomía y otros dos de astronomía:
Para el objetivo de “fabricar”
un genio infantil, se adaptó una de las habitaciones de la casa, la que mayor
iluminación recibía y se la dotó de despacho y una biblioteca. Su carrera desde
niño es vertiginosa. Aprueba el tercer curso de primaria en solo tres
días. Entre los cuatro a ocho años de edad escribe dos
libros de anatomía y otros dos de astronomía y ya maneja ocho idiomas. Se
trataba de las lenguas que le habían enseñado y los del entorno de comunidad
rusa neoyorquina (latín, griego, francés, ruso, alemán, hebreo, turco, armenio
e inglés).
Crea su propio idioma, el vendergood:
Fue aceptado en el Instituto
de Tecnología de Massachusetts con menos de ocho años y con 11 ingresa la
Universidad de Harvard como experto en Matemática. Con 16 se
graduó en Medicina. Un dato que revela su alta inteligencia es el hecho de que
con siete años creó su propio idioma denominado el vendergood, con
raíces latinas y griegas complementadas con vocablos del alemán, el francés y
otras lenguas romances.
Encarcelado en la vida:
En realidad la vida de este
talento mental fue una continua tortura generada por unos padres
ambiciosos que lo sometían permanentemente a duras y
prolijas pruebas al objeto de medir su inteligencia, una dura vida sin infancia
y tratado como una especie de conejillo de ideas. Ello lo llevó a hacer de su
vida una especie de cárcel en la que se encontraba aprisionado. Cansado de esta
situación, tomó la decisión de irse una noche huyó. Se alejó de sus
padres, malvivió con trabajos precarios. Más tarde, tras un tiempo aislado,
visitaba esporádicamente el hogar familiar.
Pero el ambiente asfixiante prosiguió sumando más
carreras universitarias a su currículum, Se conoce que
llegó a finalizar hasta siete carreras. Su popularidad no contribuía a hallar
la paz y salir a la calle ya se había convertido en un problema para William.
Como una planta enferma se fue secando y
marchitando. Se encerró en su apartamento. Su cabeza no pudo más la presión y
el 17 de julio de 1944 sufrió una embolia cerebral. Una semana
después su cuerpo fue hallado en el suelo de la casa. Entre sus pertenencias de
carácter personal hallaron una foto deteriorada de Martha Foley. Tenía 46 años…
y 320 de coeficiente intelectual.
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