Cómo cultivar arándanos en
casa
Luego de semejante introducción, no quedan dudas de
que cultivar arándanos en casa es una actividad conveniente. Ahora bien, ¿qué
pasos y consideraciones debemos tener en mente para hacerlo? A continuación,
ofrecemos algunas pautas para lograr el éxito en este emprendimiento.
La maceta:
El tipo y tamaño de maceta dependerá desde dónde comiences el proceso de
cultivo. Si
comienzas con semillas, puedes usar un recipiente pequeño; en
cambio, si empiezas ya con un plantín, mejor una maceta pequeña.
Por supuesto, a medida que crezca, tu arbusto necesitará de macetas más grandes o,
directamente, un trasplante al suelo. El tamaño máximo que puedes llegar a
necesitar, a partir del tercer o cuarto año, es una maceta de 60 a 70 litros.
El suelo, puedes plantar una o todas las que quieras.
Las plantas de arándanos prefieren
los suelos ácidos, preferiblemente con un pH cercano a 4,5. Asimismo,
una publicación del Instituto
Nacional de Tecnología Agraria de Argentina recomienda un suelo
suelto, con un nivel de materia orgánica de entre 3 % y 5 %.
Para conseguirlo, puedes valerte de aditivos como el compost,
el azufre o la turba. También serán de ayuda la harina de semilla de
algodón y el abono de hojas de pino.
Pasos para sembrar arándanos:
·
Primero, coloca
una servilleta gruesa en un recipiente pequeño y agrega un poco de agua;
luego, vierte algunas semillas en ella.
·
Coge con tu dedo de a una semilla —cuidado, son muy pequeñas— e introdúcela
en la tierra. Después, tápala.
- Riega la planta diariamente y procura mantener un buen nivel de humedad todo el
tiempo.
- Debes ubicar la maceta en una zona con buena
iluminación y protegida del viento.
- Tanto en las macetas como en el suelo, la
tierra debe estar removida y suelta para una buena oxigenación y un
correcto drenaje de la planta.
- Luego de plantarlas, puedes hacer un acolchado con
ramas u hojas. Esto contribuirá a prevenir las malezas, conservará la
humedad y aportará acidez al suelo.
·
Procura no colocar
demasiadas semillas en una misma maceta:
·
Por eso, te recomendamos pasarlos a un balde con agua
por unos 10 minutos antes de plantarlos nuevamente. Una vez finalizado el
replantado, moja la tierra donde la has colocado.
·
Finalmente, recuerda que para cultivar
arándanos en casa, las épocas de frío son mucho más beneficiosas. Se
trata de una planta que se adapta muy bien al frío, incluso a temperaturas
extremas; sin embargo, padecen mucho el calor. No escatimes en cuidados en esta
época y no las dejes en exposición directa al sol.
El color azulado de los
arándanos resulta casi tan distintivo y atractivo como su inconfundible sabor. Esta
fruta tan deliciosa crece a partir de un arbusto de tamaño mediano.
Si estás ansioso por tener tu propia planta, te mostramos cómo cultivar
arándanos en casa.
El arándano es una baya que crece de un arbusto homónimo, perteneciente
a la familia de las ericáceas. Se
trata de una de las frutas más reconocidas por su gusto, lo
que la convierte en un ingrediente codiciado en muchas recetas. No obstante,
también presenta varios beneficios para la salud.
Los arándanos son frutas muy
nutritivas. Por sobre todas las cosas, se destacan por su contenido de
vitamina C, fibra, potasio, hierro y calcio.
Asimismo, estas bayas son especialmente características por su cantidad
de pigmentos naturales con acciones antioxidantes. Un estudio publicado por el Journal of Food Science que examinó estas propiedades en los
extractos de arándanos destacó el rol de las antocianinas y los fenoles que
contiene.
Además de
las bondades citadas con anterioridad, los arándanos conllevan los
siguientes beneficios para la salud:
·
El potasio beneficia el
funcionamiento del sistema muscular y nervioso, como detalla una publicación de Merck Manual.
·
La fibra favorece la regulación de
la flora intestinal, de acuerdo con un estudio publicado en Cell Host & Microbe.
·
Su contenido en vitaminas fortalece
el sistema inmunitario, conforme indica una publicación de la Sociedad Española de Oncología Médica. Por ende, se previenen
enfermedades.
·
Su acción antiséptica es
importante para combatir infecciones causadas
por gérmenes. Tal propiedad es comprobada en un estudio del Asian Pacific
Journal of Tropical Diseases.
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