Los humanos descubrieron el fuego
hace entre 400.000 y un millón de años. Sus llamas fueron usadas para cocinar
alimentos, defenderse de depredadores e iluminar la oscuridad. Ahora, un
estudio con bosquimanos del Kalahari, en África, dice que las historias
contadas al calor del fuego sirvieron también para hacer evolucionar el
pensamiento humano, al reforzar las tradiciones sociales y cultivar la
imaginación.
Los humanos descubrieron el fuego hace entre
400.000 y un millón de años. Sus llamas fueron usadas para cocinar alimentos,
defenderse de depredadores e iluminar la oscuridad. Ahora, un estudio con bosquimanos del Kalahari, en África, dice que las historias contadas al calor del
fuego sirvieron también para hacer evolucionar el pensamiento humano, al
reforzar las tradiciones sociales y cultivar la imaginación.
Un estudio llevado a cabo por Polly Wiessner, una antropóloga de
la Universidad de Utah (EE UU), con bosquimanos del Kalahari indica que las
historias contadas a la luz del fuego ayudaron a construir la identidad social
y cultural humana.
El trabajo, publicado en la revista Proceedings of
the National Academy of Sciences (PNAS), explica que estos relatos al calor de las
llamas sirvieron para hacer evolucionar el pensamiento al reforzar las
tradiciones sociales, promover la armonía y la igualdad, y cultivar la
imaginación.
Investigaciones previas habían estudiado cómo ha influido el
hecho de cocinar los alimentos en la dieta y la anatomía, “pero se sabía poco
acerca del efecto que había tenido la extensión de la jornada, gracias a la luz
del fuego, en la cultura y la sociedad”, señala Wiessner.
"Hay algo en el fuego en medio de la oscuridad que une,
suaviza y entusiasma a la gente. Es algo íntimo. La noche alrededor de una
fogata es universalmente tiempo de entretenimiento en el que se intercambia
información social y emociones", dice esta antropóloga que ha estudiado a
los bosquimanos desde hace 40 años.
En esta investigación que Wiessner denomina
“exploratoria”, la experta analizó multitud de conversaciones tanto de día como
a la luz del fuego entre los bosquimanos ǃKung (también llamados Ju/'hoansi ) 4.000 de los cuales
viven ahora en el desierto de Kalahari, en el nordeste de Namibia y el noroeste
de Botswana. El signo de exclamación y apostrofe del nombre representa el
sonido ‘clic’ en su idioma.
Desarrollo humano
La evidencia arqueológica indica que los ancestros humanos
tuvieron control esporádico de fuego hace un millón de años o más, y
regularmente lo utilizaron hace 400.000 años.
"El fuego altera nuestros ritmos circadianos, la luz nos
permitió estar despiertos más horas. Las cuestiones que me planteo en el
estudio son: qué sucedió en ese espacio iluminado por el fuego y cómo influyó
en el desarrollo humano”, dice Wiessner
En su trabajo, la antropóloga explica que los !Kung mantienen
reuniones alrededor del fuego la mayoría de las noches, en grupos de hasta 15
personas. Un campamento tiene hogares para cada familia, pero por la noche la
gente a menudo converge en un solo hogar. Ella analizó sólo las conversaciones
que involucraban a cinco o más personas.
Las historias que se cuentan a la luz del fuego tratan sobre
temas como cacerías pasadas, luchas por la carne, matrimonio, costumbres
prematrimoniales, asesinatos, incendios forestales, nacimiento, haberse
extraviado, interacciones con otros grupos, averías de vehículos, persecuciones
por parte de animales, disputas y asuntos extramaritales. "También se
narran mitos tradicionales", añade.
Wiessner encontró que las conversaciones diurnas diferían mucho
de las que se realizaban a la luz del fuego. En las del día, el 34% eran
quejas, críticas y chismes para regular las relaciones sociales. Un 31% se
referían a asuntos económicos, tales como la caza para la cena, el 16% eran
chistes; sólo el 6% eran historias y el resto eran otros temas.
Sin embargo, por la noche, el 81% de las conversaciones eran
historias, y sólo el 7% tenían que ver con quejas, críticas o cotilleos; y el
4% era de contenido económico.
Comunidad extendida
"Por la noche, la gente realmente se deja llevar y buscar
entretenimiento. Si ha habido conflictos en el día se solucionan, se habla de
las personas que no están presentes y se encuentran en las redes más amplias.
También sobre pensamientos sobre el mundo espiritual y cómo influye en el mundo
humano.
La idea de comunidad extendida fue la que hizo posible que los
humanos colonizaran el planeta, dice la científica. "Los seres humanos
forman comunidades que no están juntas en el espacio, pero sí en nuestras
cabezas. Para los bosquimanos pueden estar hasta 120 kilómetros de
distancia", agrega.
Wiessner indica que las historias a la luz del fuego, las
conversaciones, las ceremonias y celebraciones desataron la imaginación humana
y las capacidades cognitivas para formar estas comunidades imaginadas. También
reforzaron la capacidad humana de ‘leer’ lo que otros están pensando, no sólo
sus pensamientos o intenciones, sino también sus puntos de vista sobre otras
personas.
"Con la electricidad, estas historias alrededor del
fuego ya no existen. Los padres cada vez dedican menos tiempo a contarles
historias a sus hijos, están ocupados con sus tabletas y sus smartphones",
dice esta antropóloga.
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