SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



sábado, 1 de noviembre de 2025

EL silencio, el respeto y los aplausos fueron los protagonistas del “ENCUENTRO de POESIA LIBRE”, hoy se celebraron grandes autores y las poetisas y poetas colmaron el espacio con sus obras.

 


Viernes 31 de Octubre de 2025: Como en un ritual ancestral se reunieron poetisas y poetas de distintas latitudes y pensamientos en esta secular casona convertida en una bella biblioteca y sala de reuniones, que armoniza con la ecológica ciudad del árbol, organizado el evento por el poeta y escritor Dr. Matías Goyeneche, que con su habitual cortesía recibe a los poeta y poetisas que participaran. Extensivo el agradecimiento a las bibliotecarias y secretarias de la institución, como así a la Secretaria de Cultura del Municipio.

 


 Presenciamos en cada “ENCUENTRO de POESIA LIBRE”  poetas y poetisas jóvenes embelleciendo y enriqueciendo con sus textos los encuentros, “sangre que renovara la poesías como lo hemos hecho desde hace milenios”  no me refiero a la sangre literalmente joven, sino que es un concepto metafórico que representa la innovación, la creatividad y el espíritu fresco y enérgico que aportan los nuevos artistas a la escena literaria poetica. Esta "sangre joven" se manifiesta en la introducción de nuevas ideas y técnicas, en la redefinición de los géneros poéticos y en la conexión con las preocupaciones sociales contemporáneas, lo que mantiene al arte dinámico y relevante. 



Los poetas y poetisas utilizamos las palabras bellas en la POESIA, y menudo se eligen por su sonido, significado y capacidad para evocar emociones, creando imágenes vívidas en el lector. Algunos ejemplos básicos incluyen términos como "arrebol" (color rojizo de las nubes), "etéreo" (ligero, celestial) o "azahar" (flor del naranjo), pero también se utilizan palabras comunes como "amor""vida" o "esperanza" de maneras poéticas.



La belleza de una palabra enriquece un poema, no reside solo en su definición, sino en su contexto y en la forma en que el poeta la utiliza para transmitir una idea o sentimiento. 

¡INVITACIÓN! Demás está decir que están invitados e invitadas jóvenes de todas las edades que desean manifestarse atraves del misterio de la POESIA EN TODAS SUS VARIANTES, solo diríjanse a la biblioteca todos los VIERNES de 14 a 16 horas, leyendo poemas propios o de los autores que deseen. ¡La movida está en marcha desde hace 3 años, súmense! Existe un proyecto firme de realizar esta movida literaria en otros espacios culturales de la ciudad.



**Esta nota se verá reflejada en Linkedin, Pinterest en los tableros “Poesía y Música” y “Ser Argentinos”, en la página Festival de Poesía, en la página Movida Cultural Estela Bonnet, en El Magazín de Merlo,(más de un millón quinientas mil  visitas) Facebook, pagina Noticas Lincoln, pagina Somos de El Triunfo, diversas páginas de Marcos Paz y más.

Tango, tus escenas al bailarte...,


 

Historias tangueras del Buenos Aires de ayer, ¿Quién FUE el CACHAFAZ?

 

Pasó a la historia como el mejor bailarín de tango. Pisó los principales escenarios del país y actuó en París y Nueva York. Fue amigo de Gardel. La muerte lo sorprendió en Mar del Plata, mientras actuaba en un restaurante. Fue el 7 de febrero de 1942, fecha instituida como el "Día Nacional del Bailarín de Tango".



“El Cachafaz” pudo haber muerto mucho antes, en cualquier sitio de aquel universo tanguero donde relumbraban dagas y balazos, pero el destino quiso que fuera en Mar del Plata a las 23.15 del sábado 7 de febrero de 1942 en el patio de un establecimiento de La Perla que ya no existe, que nadie recuerda y que en nada se parecía a los escenarios que conoció en la calle Corrientes, en París o en Nueva York.

Ovidio José Bianquet -así se llamaba- pudo haber muerto, por ejemplo, una noche de 1915 en Balvanera, cuando se batió con un cochero moreno de Barracas apodado “El Rengo Cotongo” en un reducto donde el violinista Francisco Canaro y dos más -bandoneón y piano- tocaban por cuatro pesos.



No hubo en aquel duelo puñales ni bufosos, al menos al principio. “El Cachafaz” y “El Rengo” -quien, según Canaro, encubría al milonguear la cojera de su diestra- se midieron en la pista, pero el triunfo de Bianquet caldeó la atmósfera y los amigos de uno y otro arrancaron a los tiros.

“Las balas -contó Canaro en sus memorias- pegaban en las chapas de hierro que cubrían la baranda del palco y nos tuvimos que echar cuerpo a tierra hasta que amainó el escándalo con la presencia de la policía que arreó con todos a la comisaría”.

Bianquet, vale aclararlo, no usaba revólver. “De un cachetazo los dejaba dormidos. No era buen mozo, era feo como noche oscura… y esa cara picada de viruela… Pero su forma de ser era suave y simpática. Todas se enamoraban de él. Ahora, cuando se enojaba, temblaban todos”. Así lo recordaba Carmencita Calderón, la bailarina que lo acompañó desde 1932 hasta el último tango en Mar del Plata.



El señor Benito

Bianquet nació el 14 de febrero de 1885 en un conventillo que su difusa biografía ubica en Boedo. Allí ganó, siendo niño, el alias de “Cachafaz” – en jerga lunfa, descarado- y un falso nombre, Benito, sobre cuyo origen solo existen versiones indocumentadas.

Con música de organito, “los chicos bailábamos entre nosotros en las veredas de ladrillos. A los 11 años ya era un fenómeno para el tango con corte y barquinazo y los mayores hacían rueda para verme”, contó Bianquet en una entrevista, tres años antes de morir.

“El Cachafaz” ya era renombrado en el circuito milonguero porteño cuando en 1911 venció en un concurso a los mejores bailarines de su época. Desde entonces, brilló en los escenarios de la calle Corrientes, tuvo academias, conoció París y Nueva York, recorrió el país, participó en giras internacionales, apareció en escenas de películas y acuñó la marca que lo perpetúa como el mejor bailarín de todos los tiempos.



Artífice de la estilización del tango, “El Cacha” descubrió un filón cuando se hizo profesor de la aristocracia porteña que deseaba darse dique en París, donde el dos por cuatro hacía furor.

“Les enseñó a los Anchorena y los Roca” -dice Francisco García Jiménez en sus “Estampas tangueras”- y lo “hacía con singular mesura” en aquellos palacetes donde “nadie le decía Cachafaz, sino señor Benito”.

Sus finanzas, sin embargo, flaqueaban al ritmo de una vida dispendiosa y eso explica que figure como coautor del tango “Tras Cartón”. Según el periodista José María Otero, los verdaderos creadores de esa pieza lo sumaron para que se ganara unos mangos y, con idéntico propósito, otros dos amigos de Bianquet lo grabaron en 1929: Francisco Canaro y Carlos Gardel.



El escenario final

“El Cachafaz” murió después de bailar el tango “Don Juan” en “El Rancho Grande”, un restaurante “con anexo hotel familiar frente al mar” que estaba en Salta 281-89, entre French y Beruti, 50 metros al norte de la actual planta de Havanna y 150 al sur del Unzué.

Tal dirección fue borrada del plano marplatense por el ensanche de la avenida costera y hoy miles de autos pasan sobre el sitio donde estuvo, rodeado de baldíos, “El Rancho Grande” con su techo de paja.

Eso sí: el establecimiento tenía teléfono y soporte publicitario en diarios y guías turísticas veraniegas. Su dueño, Juan Cuniberti, contrataba también orquestas típicas para promover reuniones danzantes que se alargaban hasta la madrugada. Gracias a los avisos comerciales, sabemos que el lugar estaba abierto “toda la noche” y ofrecía “gran parrillada” y “platos típicamente criollos” en un “ambiente familiar”.

Bianquet bailó su último tango al compás de una orquesta marplatense, cuyo pianista tenía 18 años y sería un símbolo de la ciudad: Armando Blumetti. Aquel pibe no conocía a “El Cachafaz” y el bandoneonista tuvo que aleccionarlo de apuro. Quizás sea comprensible: reinaba ya la nueva guardia y, con ella, el tango entraba en su década de oro.

El aviso publicitario que anunció la última presentación de Bianquet parece querer rescatarlo de los tiempos que se iban: “El alma del tango de antaño en las piernas brujas del más fiel intérprete de la guardia vieja: el famoso bailarín El Cachafaz actúa nuevamente en el más típico y agradable lugar de esparcimiento. El Rancho Grande”.

Ni un tuteo

“Esa mañana lo vi preocupado. Le pregunté si tenía algún problema y me respondió que no”, diría tiempo después Carmencita Calderón, quien bailó diez años con “El Cachafaz” sin que mediara un tuteo.

Bianquet había tenido como parejas a Emma BovedaElsa O’Connor, quien después echó buenas en el cine, e Isabel San Miguel.

Carmencita Calderón -en realidad, Carmen Micaela Risso de Cancelieri, una maestra de 27 años que había aprendido a bailar el tango con su hermano y solo lo hacía en reuniones familiares- conoció a Bianquet en 1932 en el club “Sin Rumbo” de Villa Urquiza. Inmediatamente, pasó a trabajar en su academia de Lavalle entre Callao y Rodriguez Peña y una semana más tarde debutaron profesionalmente en el teatro San Fernando con la orquesta de Pedro Maffia, convirtiéndose en la pareja más taquillera de su época.

“Muchos creían que andábamos juntos, pero no era así. Don Benito tenía esposa, que era francesa. Siempre fue muy respetuoso y nunca nos tuteamos. Fue el mejor bailarín de tango y, además, un caballero. Con él gané mucho dinero porque ‘El Cacha’ se desvivía por cumplir con sus obligaciones”, sostuvo Carmencita hasta el fin de su vida centenaria.

 

Momentos de radio.


 

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¿Me pregunto?


 

¿Mueren los intelectuales sin remedio? ¿Por qué el pensamiento crítico en hoy una metáfora? Los y las que piensen serán buscados como el santo grial.

 

**El saber nos hará libres y pensantes-

En los últimos años, el pensamiento crítico se ha convertido en el santo grial del mundo laboral. Nos dice todo quisqueWorld Economic Fórum incluido, que una de las habilidades por las que más nos van a buscar (y a cotizar) a los profesionales será por nuestro “pensamiento crítico”.



Porque una conversación sobre desinformación mantenida ayer me hace saltar la chispa: ¿Y si la “receta de defensa” que estamos estimulando para contrarrestarla (el ya en boca de todos “pensamiento crítico”) pudiera ocasionar efectos colaterales aún más perniciosos que la propia desinformación?

Se dice que el pensamiento crítico ha disminuido en la actualidad debido a la sobrecarga de información, la falta de análisis crítico de noticias y fuentes, la influencia de las redes sociales y la censura, y la pérdida de autonomía individual. Estos factores, según observadores como Franco Berardi, pueden estar erosionando la capacidad de las personas para discernir la verdad, formarse opiniones independientes y reflexionar profundamente. 



Factores que contribuyen a la erosión del pensamiento crítico:

Las plataformas a menudo priorizan la rápida difusión de contenido emocional en lugar del análisis profundo, dificultando la distinción entre hechos y opiniones. Tanto a nivel estatal como individual, existe una presión para no expresarse libremente, lo que limita la diversidad de opiniones y el debate abierto.

La cantidad abrumadora de noticias y datos disponibles puede llevar a una sensación de parálisis y a una menor disposición para reflexionar sobre cada pieza de información.

Cuando las personas dependen excesivamente de otros para tomar decisiones, pierden la capacidad de pensar por sí mismas y se vuelven más vulnerables a la manipulación.



La violencia y el sufrimiento pueden ser presentados como espectáculos mediáticos, lo que lleva a una desensibilización y a una menor empatía, dificultando un análisis crítico de la realidad. 

Impacto en la sociedad:

La incapacidad para pensar de forma crítica puede llevar a una pérdida de control sobre las propias vidas y a una mayor dependencia de las narrativas impuestas por otros. La falta de pensamiento crítico puede dificultar la defensa de la dignidad y los derechos de las personas, al no poder discernir la verdad detrás de la propaganda o el engaño.

Se observa que incluso en niños pequeños pueden presentarse dificultades en el desarrollo de habilidades de comunicación y pensamiento, lo que sugiere un impacto temprano en su capacidad para cuestionar y analizar.