El niño se hizo cargo del pequeño pájaro y le ayudó a
recuperarse. Ahora, el gorrión de nombre Ebby está tan agradecido que
jamás abandona a su salvador ni un solo minuto.
Y aunque
la relación que puedan establecer un niño y un ave de apenas treinta
gramos no deja de ser extraordinaria más aún lo es la amistad entre una
serpiente pitón de cinco metros y nueve años de edad, y un niño, de la
misma edad que vive en Camboya. Actualmente, la pitón es un miembro más
de una familia pobre que la cuida como si de uno de ellos se tratase.
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