SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



lunes, 29 de octubre de 2018

“El discípulo no debe tener miedo a la pobreza, de hecho, debe ser pobre”. Aseguro el Papa Francisco.

Durante la Misa celebrada en Casa Santa Marta este jueves pasado, el Papa Francisco explicó las tres formas de pobreza a las que está llamado todo cristiano y recordó que “el discípulo no debe tener miedo a la pobreza, de hecho, debe ser pobre”.
Desprendimiento de las riquezas:

La primera es el desprendimiento del dinero, la segunda es la aceptación de la persecución por causa de la fe, y la tercera es la del abandono.
Sobre la primera, el desprendimiento de toda riqueza, el Santo Padre señaló que desprenderse de las riquezas es “la condición para iniciar el camino del discipulado”. Ese desprendimiento de las riquezas requiere “un corazón pobre”.
Eso supone que “si en el trabajo apostólico se necesitan estructuras u organizaciones que parezcan signos de riqueza, usadlos bien, pero de manera desprendida”, pidió Francisco.
“Si quieres seguir al Señor, elige el camino de la pobreza, y si tienes riquezas porque el Señor te las ha dado, para servir a los demás, despégate de ellas en tu corazón”.
Aceptación de la persecución:
El segundo signo de pobreza del cristiano es la aceptación de la persecución por la fe en Cristo. En el Evangelio Jesús no esconde la realidad a sus discípulos, y les dice que los envía “como corderos en medio de lobos”.
El Papa señaló que hoy la persecución a los cristianos está, lamentablemente, de actualidad. Es una realidad que deben afrontar muchos cristianos en todo el mundo.
El abandono:
Por último, la tercera forma de pobreza es la de la soledad, el abandono. “Pienso en el hombre más grande de la humanidad, y este calificativo proviene de la boca de Jesús: Juan Bautista”, señaló el Papa. “El hombre más grande nacido de mujer”.
Juan Bautista fue “un gran predicador, la gente iba donde él para bautizarse. ¿Y cómo terminó? Solo, en la cárcel. Pensad cómo eran las celdas de aquella época, porque si las de hoy son como son, pensad en las de entonces”.
“Solo, olvidado, muerto por la debilidad de un rey, por el odio de una adultera, y por el capricho de una joven. Así terminó el hombre más grande de la Historia”, afirmó.

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