SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



jueves, 17 de diciembre de 2020

CELEBREMOS El cumpleaños de Ludwig van Beethoven, ya van 250 años de su nacimiento y su fama crece a través de la magia universal de su música-


 

 

Viena, mayo 7 de 1824. Príncipes y nobles, la crema de la aristocracia y la élite cultural vienesa se congregaron en el Teatro Imperial y de la Corte Real de la ciudad para lo que sería un evento extraordinario, el estreno de la Novena Sinfonía de Ludwig van Beethoven.

La expectativa no era tal sólo porque hacía tiempo que el compositor y director no producía una sinfonía, sino porque no había aparecido sobre el escenario en 12 años.



Pero ahí estaba el gran maestro, en el podio, frente a una de las mayores orquestas jamás reunida para un concierto como ningún otro, que incluiría algo inédito en este género musical.

De espaldas al público, Beethoven dirigió a los músicos con una pasión desenfrenada, sacudiendo su cuerpo y agitando sus brazos al compás de la música.

Tan ensimismado estaba que al final de la pieza continuó gesticulando, hasta que una de las solistas se le acercó y le dio la vuelta para que pudiera ver los estruendosos aplausos que no podía escuchar.



Para entonces, Beethoven estaba profundamente sordo. A pesar de su sordera, Beethoven participó en el estreno de su Novena Sinfonía.

Hay varias versiones de este incidente, comentó a BBC News Mundo Laura Tunbridge, profesora de música de la Universidad de Oxford y autora de la reciente biografía Beethoven: A Life in 9 Pieces ("Beethoven: una vida en nueve piezas").

"Estuvo en el podio durante el estreno (de la sinfonía), pero había un director musical a su lado que mantuvo las cosas en orden, porque para ese entonces ya se sabía que hacía tiempo que Beethoven había dejado de ser un director fiable", explica.



"Al parecer el aplauso sucedió durante uno de los movimientos, porque el público quería escucharlo otra vez". Pudo haber sido una velada caótica, no sólo por la presencia inusual de compositor sordo, sino por la duración y complejidad de la pieza y los pocos ensayos que se solían hacer en esa época.

"Es increíble que saliera tan bien, dada la falta de preparación", señala la profesora Tunbridge.

Pudo haber sido una velada caótica, no sólo por la presencia inusual de compositor sordo, sino por la duración y complejidad de la pieza y los pocos ensayos que se solían hacer en esa época.

"Es increíble que saliera tan bien, dada la falta de preparación", señala la profesora Tunbridge.

Vida compleja, música revolucionaria:



En todo caso, esa escena representa en un solo momento la gloria y tragedia que marcó la compleja y contradictoria personalidad de Beethoven, cuyo nacimiento en Bonn, Alemania, hace 250 años se conmemora este 16 de diciembre.

La fecha es estimada, pues sólo se sabe con seguridad que fue bautizado el 17 de diciembre de 1770.

Un compositor de imponderable imaginación, pasión y poder, se formó durante una época de agitación política marcada por las Guerras Napoleónicas.

Y fue reconocido y adoptado como una de los músicos más famosos de Viena, una ciudad muy consciente de su legado y estatura en ese ámbito.

"De muchas maneras revolucionó el alcance de la música en términos de sonido y volumen, su ambición y la idea de que esta puede expresar ideas y sentimientos; (demostró que la música) no es sólo un espectáculo, puro entretenimiento, sino algo mucho más profundo", dice la académica.

 

 

 

 

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