Los críticos toman
la palabra
El equipo de investigación
de Yale en torno a Jeffrey Powell advierte que la población de mosquitos recién
creada podría ser más robusta que la anterior. La lección, según
él: "Es importante acompañar estos experimentos con un programa de
observación para detectar cambios inesperados".
Los biólogos críticos de la
ingeniería genética son aún más escépticos. "La liberación de los
mosquitos se llevó a cabo apresuradamente, sin que se aclarara ningún
punto", dijo el biólogo brasileño José María Gusman Ferraz al
periódico Folha de Sao Paulo.
Testbiotech, un laboratorio
de investigación de Múnich crítico de la ingeniería genética, también acusa a
Oxitec de haber comenzado el experimento sin suficientes estudios preliminares.
"Los experimentos de Oxitec han llevado a una situación en gran medida
incontrolable", dijo el director general, Christoph Then, a la agencia de
noticias dpa. "Este incidente debe tener consecuencias sobre el empleo de
la ingeniería genética en el futuro", exigió.
Después de un experimento
fallido, mosquitos genéticamente modificados se multiplican de forma no
planificada en Brasil. Según el plan de los investigadores, todos los mosquitos
deberían haber muerto. En Brasil, un intento de frenar el desarrollo
de mosquitos del Aedes
aegypti, causante de la fiebre amarilla, podría haber fracasado.
Aparentemente, las mutaciones genéticas fueron transferidas a la población
local de esos insectos.
La empresa británica Oxitec
había liberado unos 450.000 mosquitos machos cada semana, durante 27 semanas,
en la ciudad de Jacobina, en la región de Bahía, para combatir
enfermedades infecciosas como el dengue, el virus del zika y la fiebre amarilla,
que allí son endémicas. Esos mosquitos macho contienen dos genes de la
mutación genética OX513A, que provocan que no puedan tener crías que
sobrevivan. Sus crías, llamadas F1, morirían antes de llegar a la etapa adulta.
Esta técnica, que ya se ha utilizado en otros países, evitaría que esos
mosquitos aumenten su población.
La población de
mosquitos había colapsado
La esperanza del Ministerio
de Salud era reducir las poblaciones de mosquitos en un 90 por ciento. Y eso
funcionó bien durante el experimento. Aproximadamente 18 meses después del
final de las pruebas, la población de mosquitos volvió a su volumen anterior.
La modificación genética de
los mosquitos liberados también produjo una proteína fluorescente que hizo
posible distinguir la primera generación F1 de otros mosquitos.
Investigadores de la
Universidad de Yale han examinado a los mosquitos encontrados en la región para
determinar sus alteraciones genéticas, luego de 12, 27 y 30
meses desde su liberación, respectivamente, y llegaron a la
conclusión de que partes de la alteración genética habían migrado
inesperadamente a la población de mosquitos locales.
La modificación
genética se transmitió
En las diferentes pruebas,
entre el 10 y el 60 por ciento de los mosquitos de la población natural
portaban los cambios correspondientes en el genoma. El estudio fue publicado
en Nature: Scientific Reports el
martes 10.09.2019.
Si el experimento hubiera
resultado como lo predijeron originalmente los científicos, la modificación
genética no habría migrado a las poblaciones de mosquitos, porque la siguiente
generación de los mosquitos liberados no habría podido reproducirse.
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