El Papa Francisco envió, a través de la Limosnería Apostólica, suministros médicos para los refugiados de Ucrania que se encuentran en la frontera con Polonia.
Según informó el diario oficial de la Santa Sede, L’Osservatore
Romano, el limosnero pontificio, el
Cardenal Konrad Krajewski, llevó personalmente a la Basílica Santa Sofía de
Roma suministros médicos procedentes de la farmacia vaticana, como
jeringuillas, parches y desinfectantes.
Se trató de un primer envío de ayuda solidaria que
llegará en algunos días a Leópolis, una
ciudad ubicada en el oeste de Ucrania, a unos
“El
Vaticano está dispuesto a ayudar a quien tiene necesidad y no
se fija en la nacionalidad, sino en el hombre necesitado”, añadió el diario
vaticano.
Asimismo, el hospital pediátrico Bambino Gesù
informó que puso a disposición 20 lugares para niños pacientes oncológicos
procedentes de Ucrania.
Por último, L’Osservatore Romano informó también que el próximo lunes 7 de marzo la
Limosnería
Apostólica realizará una “colecta extraordinaria de alimentos y
medicinas para la población ucraniana devastada por la guerra”, para dar otro
signo concreto de ayuda y cercanía a quienes están sufriendo.
Se trata de una “iniciativa solidaria” a la que los empleados
vaticanos podrán sumarse donando alimentos no perecederos y medicinas que serán
enviados en camionetas del Estado de la Ciudad del Vaticano (SCV) a través de
la Basílica Menor de Santa Sofía en
Roma.
Debido a que esta basílica es el lugar de encuentro
de la comunidad greco-católica ucraniana en
Roma, hace días el rector de la iglesia, P. Marco Semehen, comenzó a recibir
material de primera necesidad para enviar a las personas que han tenido que
escapar de su país por el ataque de Rusia.
Además, muchos camioneros ucranianos están
transportando las donaciones de ropa, comida, medicinas y juguetes para niños,
entre otros, para ayudar a las víctimas de este conflicto entre Ucrania y Rusia.
El 28 de enero de 2018 el Papa Francisco visitó la Basílica menor de Santa Sofía en
Roma y rezó para que “el Príncipe de la Paz silencie las armas”.
En aquella ocasión, el Santo Padre recordó los
sufrimientos de Ucrania, que vivía una grave crisis política y de convivencia
después de años de guerra.
“Comprendo que, mientras están aquí, el corazón palpita por su
país, y palpita no solo de afecto, sino también de angustia, sobre todo por el flagelo de la guerra y por las dificultades
económicas”, dijo el Papa a los fieles ucranianos.
En esta línea, el Santo Padre dirigió
unas palabras de reconocimiento “a tantas mujeres que, en su comunidad, son
apóstoles de caridad y de fe. Son muy valiosas y llevan a muchas familias
italianas el anuncio de Dios del mejor de los modos, cuando con su servicio
cuidan de las personas por medio de una presencia prudente y no invasiva”.
A ellas, el Papa les invitó a
“considerar su trabajo, fatigoso y con frecuencia poco reconocido, no solo como
una tarea, sino como una misión”.
Finalmente, el Santo Padre explicó que
su visita fue para decirles que “es cercano con el corazón, cercano con la
oración, cercano cuando celebro la Eucaristía”.
“Suplico
al Príncipe de la Paz que silencie las armas. Les pido también
que no tengan nunca más necesidad de hacer sacrificios enormes para mantener a
sus seres queridos. Rezo para que en los corazones de cada uno no se apague la
esperanza, sino que se renueve el afán de seguir adelante, de recomenzar
siempre”, señaló entonces el Papa.
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