Una hipnótica escultura de madera se esconde en el segundo
piso de un museo en la India. En ella, un hombre posa con arrogancia mientras
mira hacia la habitación. En el espejo detrás de él, vemos a una mujer tímida
con la cabeza ligeramente inclinada. Esta increíble escultura doble contiene a
ambos personajes en un mismo bloque de madera, pero en lados opuestos.
La
escena de la escultura realmente cobra vida cuando se coloca un espejo detrás
figura masculina (o en otras palabras, frente a la figura femenina),
haciendo que parezca que la mujer está parada detrás del hombre. Ella no se
atreve a mirarlo, sino que mira hacia al piso. Los amantes de la literatura
reconocerán de inmediato a quienes representan estas figuras contrastantes.
Conocida como Mephistopheles and Margaretta, A Double Statue (“Mefistófeles
y Margarita, una estatua doble”), esta obra fascinante está claramente
inspirada en los protagonistas del icónico Fausto de Goethe.
Publicado en 1808, Fausto relata
una clásica batalla del bien contra el mal. Con su gran bigote y su sonrisa
diabólica, la figura masculina es claramente Mefistófeles, mejor conocido como
el diablo. Con un pacto de sangre, Fausto hace un trato con el diablo, lo que
termina en graves consecuencias cuando se enamora de Gretchen—también conocida
como Margarita. En esta tragedia, Fausto sigue al diablo para satisfacer sus
ambiciones personales, solo para darse cuenta de sus errores cuando ya es
demasiado tarde. La leyenda de Fausto, que precede a Goethe, ha sido objeto de
numerosas novelas, poemas, obras de teatro, composiciones musicales y obras de
arte.
Esta
escultura particular, que se encuentra en el Museo Salar Jung en
Hyderabad, India, es cautivadora por la capacidad del artista para transmitir
la narrativa de manera efectiva y sugerente. Creada en el siglo XIX por un
artista francés desconocido, se encuentra entre las piezas de arte más
fotografiadas de la colección. Esto último dice algo sobre su impacto visual,
ya que la pieza se encuentra en uno de los museos más grandes del mundo.
Las dos figuras, talladas
en un solo bloque de madera de sicómoro, sintetizan la naturaleza dual de la
humanidad tal como lo cuenta Fausto. Por un lado tenemos a
Mefistófeles, quien inmediatamente inspira miedo con solo mirarlo a los ojos.
Por otro lado, la negativa de Gretchen a mirar al diablo podría verse como una
metáfora de lo que se desarrolla en la historia. Mientras Gretchen se aleja del
mal, Fausto corrió directamente hacia él en para encontrar la felicidad y
poseer un conocimiento infinito.
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