La
granja solar de New England, actualmente la más grande en funcionamiento en
Australia, ha alcanzado su máxima capacidad de producción. Este hito viene
acompañado por una novedad interesante: el sitio ahora es hogar y refugio de
más de 2.000 ovejas merinas, con planes de aumentar este número a 6.000 en los
próximos meses.
Desarrollada por Acen Australia, la granja solar
de New England se convertirá en la planta solar operativa más grande
de Australia una vez completada su capacidad total de 720 MW en dos etapas. Por ahora, ha finalizado su primera etapa de 400 MW,
lo que la coloca al mismo nivel que la granja solar de Western Downs de Neoen
Australia en Queensland. La primera etapa involucró la instalación de
aproximadamente un millón de paneles solares fotovoltaicos en 1.200
hectáreas.
Innovación en
energía y agricultura
Este proyecto no solo destaca en
la generación de energía renovable, sino también en su innovadora coexistencia con la
agricultura.
Contrario a las críticas de
algunos activistas, el «pastoreo solar» es una práctica bien
establecida que se está implementando en este proyecto. Robin Doyle, asesora de
salud y seguridad laboral en la granja solar, supervisa la introducción de las
ovejas en el sitio. Según Doyle, las ovejas se benefician de la sombra que ofrecen los
paneles y del equilibrio entre luz y sombra que favorece el crecimiento del
pasto.
Beneficios múltiples:
Este proyecto no solo generará energía limpia para aproximadamente
300.000 hogares, sino que también crea un espacio productivo
para el pastoreo de ovejas, protegiéndolas de los elementos duros,
especialmente durante condiciones climáticas extremas. David Pollington,
director gerente de ACEN Australia, enfatiza la importancia de este hito tanto
para la comunidad agrícola como para la transición energética en el país.
La
segunda etapa de la granja solar de New England comenzará su construcción
pronto, e incluirá una batería de 200 MW y dos horas (400 MWh) de capacidad.
Acen también está involucrado en varios otros proyectos, incluyendo el proyecto
eólico de Robbins Island en Tasmania, que ha enfrentado batallas legales debido
a restricciones propuestas para proteger aves migratorias.
Robin Doyle resalta la acogida positiva del proyecto por
parte de la comunidad local y el impacto beneficioso en los propietarios de
tierras, quienes han encontrado en este
proyecto una solución a sus dificultades anteriores con la alimentación del
ganado. Este enfoque integral demuestra cómo la energía renovable y la
agricultura pueden coexistir armoniosamente, ofreciendo soluciones sostenibles
y beneficiosas para el medio ambiente y las comunidades locales.
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